Su muerte pasó casi desapercibida, sin embargo, fue uno de los hombres más influyentes y poderosos del mundo.
Mientras el clérigo gazatí Ahmed Yassin creaba una sociedad de socorros mutuos a la que luego transformaría en Hamás y declararía la Yihad contra Israel, Fethullah Güllen era un imán de Erzurum, en el Este de Anatolia, cuyo carisma lo convirtió en guía espiritual de una masa creciente de seguidores. Eso lo llevó a Estambul, donde creó el movimiento Hizmet, que en turco significa servicio y se dedicó en su origen a la ayuda social y los socorros mutuos, como la organización creada en Gaza por Yassin.
Pero Hizmet, a diferencia de Hamás, no se convirtió en un régimen político ultraislamista dictatorial con brazos militares de altísima letalidad en combate y en accionar terrorista. Lo que ocurrió con Hizmet fue su crecimiento con la creación de una red de escuelas y universidades, así como bancos y hospitales, que también logró gravitar sobre la opinión pública turca a través de su poderoso diario Zaman (que significa Tiempo) y fue crítico de los gobiernos ataturkistas, promoviendo el islamismo político moderado contra el secularismo corrompido y autoritario en el que había devenido la república moderna creada por Kemal Atatürk en 1923.
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Fethullah Güllen era el intelectual religioso que creaba una red para escalar en el poder, promoviendo reemplazar el secularismo atatürkista por un islamismo político pero que, a diferencia de los ayatolas persas y las oscurantistas monarquías petroleras del Golfo, no creara teocracias sino una democracia conservadora y basada en los valores religiosos del Islam.
El instrumento más brillante en la estrategia de Güllen fue la creación de escuelas privadas altamente capacitadas para brindar una educación de excelencia, logrando que sus ex alumnos se conviertan en la elite intelectual, empresaria y financiera de Turquía.
El islamismo moderado turco, cuya figura máxima, después del ex primer ministro Necmettin Erbakan, era Güllen y para describirse ideológicamente se comparaba con los partidos demócratas cristianos de Europa, fue la vía de acercamiento entre Hizmet y el Partido de la Justicia y el Desarrollo, conocido por su sigla en turco AKP.
A esa fuerza política que proponía el fundamentalismo moderado, la lideraban Abdullá Gül y Recep Tayyip Erdogán, dos economistas que lograron sus primeros cargos como candidatos del Refah Partisi (Partido del Bienestar), también islamista moderado, y luego crearon el AKP,
Cuando Erdogán era alcalde de Estambul, su gestión recibió el apoyo de Hizmet. Fethullah Güllen lo apoyó a él y a Gül en el camino que los llevó a la cumbre del Estado turco.
Pero cuando Erdogán reemplazó a Abdulá Gül en la presidencia, comenzó el proceso de sultanización que lo alejó del ala moderada del AKP y también de Güllen y el Hizmet.
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El intelectual islamista que convirtió en clase dirigente a los ex alumnos altamente preparados en sus escuelas y universidades de excelencia, valiendo se del diario Zaman, comenzó a criticar la deriva hiper-personalista de Erdogán y la ruptura total llegó cuando Hizmet denunció casos de corrupción en el gobierno de AKP del cual, en ese momento, Erdogán era primer ministro.
A partir de entonces, la ira del dirigente al que Güllen había ayudado por considerarlo afín a su islamismo político democrático y moderado, se ensañó contra la gigantesca estructura que bancos, hospitales, escuelas y universidades que se multiplicaron a la sombre del Hizmet.
La mitad de los turcos, incluyendo muchos de los que votan a Erdogán, dudan que sea cierto que Fethullah Güllen estuvo detrás del Ombes Temmuz (quince de julio): el levantamiento militar golpista del año 2016 que el presidente Erdogán logró sofocar y tomó como excusa para lanzar una inmensa cacería de brujas contra todos sus detractores, empezando por Fethullah Güllen.
Por eso terminó exiliándose en Estados Unidos el intelectual islamista que llegó a ser el hombre más poderoso de Turquía y uno de los más influyentes del mundo, pero empoderó al dirigente del AKP que se convirtió en una suerte de sultán intolerante y autoritario: Recep Tayyip Erdogán.
Seguramente festejó en el salón principal del monumental palacio presidencial que hizo construir en Ankara, cuando días atrás le llegó desde Pensilvania la noticia de la muerte Fethullah Güllen.