Se supone que la negociación aún no comenzó. Donald Trump anunció su conversación telefónica de una hora y media con Vladimir Putin, en la que sólo acordaron iniciar una negociación que ponga fin a la guerra con Ucrania. Pero lo que dibujaron las pocas palabras que pronunció en la Casa Blanca, es una negociación en la que no participa la Unión Europea (UE) y en la que el ganador es el líder ultranacionalista ruso. Lo que queda a discutir es la dimensión de esa victoria.
Las frases fueron pocas, pero claras. El presidente norteamericano dijo que Ucrania debe olvidarse de recuperar la totalidad del territorio que perdió en manos de Rusia. Su mapa ya no será como era antes del 2014, sino más pequeño. Lo que le queda a Ucrania por negociar es cuánto más pequeño. Y eso si es Ucrania la que negocia con Rusia, porque de lo anunciado se puede deducir también que Trump negociará con Putin mientras Ucrania y el resto de Europa miran de afuera ese proceso.
Lo que está claro de lo anunciado por Trump, es que el presidente norteamericano ya inició, de hecho, la negociación con el jefe del Kremlin concediéndole territorio y cerrándole a Ucrania las puertas de la OTAN.
Por cierto, Putin retirará su ejército de algunas zonas ocupadas en el Este de Ucrania. Serán concesiones mínimas que aceptará, imponiendo a Zelensky la retirada ucraniana de la región rusa de Kursk.
Del 20 por ciento de territorio que ocupó Rusia ¿Cuánto logrará Trump que le sea devuelto a Ucrania? Aún devolviendo el cinco o diez por ciento del territorio que hoy controla, el mapa de Rusia habrá crecido y el de Ucrania se habrá reducido. Esa es la victoria de Putin. El premio a la criminal invasión que lanzó proclamando que luchaba contra un nuevo Hitler que planeaba una nueva “Operación Barbarroja” para invadir Rusia.
Por cierto, el resultado de la negociación dejará al jefe del Kremlin sin el objetivo que se había planteado al iniciar la invasión, que era la ocupación de toda Ucrania, para anexarla totalmente o para anexar la mitad oriental de ese territorio y poner un gobierno títere en Kiev que convierta el oeste ucraniano en un estado satélite de Moscú.
Pero a ese objetivo Putin renunció a los pocos meses de iniciada la invasión, cuando las defensas ucranianas repelieron el avance masivo sobre Kiev.
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Dejar la Unión Europea fuera de la negociación, como hasta ahora parece haber acordado los jefes norteamericano y ruso, sería otra victoria del jefe del Kremlin. Ucrania es territorio europeo y la UE ha realizado un aporte gigantesco para que las fuerzas ucranianas pudieran luchar contra el invasor. Además recuerda que, cuando los gobernantes británico y francés Chamberlein y Daladier, negociaron con Hitler en nombre de Checoslovaquia y del resto de Europa el Pacto de Münich, al entregar territorio checo al III Reich hicieron vencedor al “führer”, alentándolo a continuar su guerra expansionista.
Moldavia será lo que fue Polonia para la Alemania nazi: el próximo territorio a invadir en una carrera bélica que no se detendrá. ¿Por qué se detendría después de un triunfo como el que obtendrá en Ucrania?
El rol que jugaron los ucranianos rusófonos y pro-rusos del Donbas, lo jugarán los moldavos rusófonos y pro-Rusia del Transdniester, o Transnitria, como llama Moscú a esa parte de Moldavia. La siguiente ficha podría ser alguno de los países bálticos, a los que les servirá de poco su pertenencia a una OTAN sin Estados Unidos, o con un Estados Unidos en manos del mayor aliado occidental de Putin.