Tengo 30 años. Cómo gran parte de los habitantes del país hoy, yo no viví la época de la última dictadura militar. Si viví parte de las consecuencias materiales, económicas y, sobre todo, las consecuencias simbólicas que dejó el terrorismo de estado en nuestro país.
Nací en democracia. Me crié en democracia. No tengo familiares ni amigos víctimas de la dictadura, pero cada 24 de Marzo, desde hace años, me invade una extrema sensibilidad por lo que nos pasó y lo que nos pasa como argentinos.
Y hacer memoria, exigir justicia y verdad también es reflexionar sobre la Democracia. Que el día sirva para eso. Pensar sobre este sistema en el cual elegimos mediante el voto a nuestros representantes. Porque vivir en Democracia también es cuidarla. Porque vivir en Democracia también es un compromiso para cada uno de nosotros.
Porque no alcanza con ir a votar cada 4 años. Porque no alcanza con criticar a nuestros políticos. Porque no alcanza con sólo ver las noticias. A la democracia hay que vivirla participando. Desde cualquier espacio no necesariamente militando en política.
Hay que ser parte. Buscar mejorar los hábitos. Dialogar con los más chicos. Preguntarnos los porqué. Participar. Buscar campanas diferentes. Saber que pasa en nuestro barrio. Caminar la calle. Prestar atención a lo que nos rodea.
Que la frase “no te metás” no vuelva nunca más.
Para vivir la democracia, la cuidemos. Participando. Reclamando. Exigiendo. Preguntando. Recordando estos tristes aniversarios. Haciendo memoria. Nunca más.
Hagamos algo por los otros. Nos comprometamos por más mínima que sea la acción. Revaloricemos esos ideales de cientos de desaparecidos por querer mejorar el país. Seamos menos corruptos. Empecemos por casa. Digamos No a cualquier tipo de violencia. Demos el ejemplo.
No nos olvidemos de las madres y las abuelas. Ellas son historia viva para hacer memoria. Son las que esperan por miles de nietos sin identidad. Que su fuerza nos contagie y renueve la esperanza por seguir encontrando y reencontrando abrazos.
Que la memoria, la justicia y la verdad nos hagan valorar más la democracia. Que las visiones paternalistas de seguir a un sólo y único líder no nos impidan darnos cuenta que en nosotros, desde cada uno de nuestros lugares, trabajos y profesiones, podemos lograr cambios concretos. Nunca más.