Al mediodía del viernes ya se rumoreaba lo que finalmente terminó aconteciendo en horas de la tarde: la renuncia del "licenciado" Diego Hak, cuatro días después de haber denunciado a su padre. Sin embargo, no se fue en silencio como hubieran querido muchos, sino que anunció estar en posesión de una "bomba" superior a la que le tocó padecer, ya que según sus dichos ésta sería verdaderamente radioactiva: "Va a ser una bomba de neutrones: le voy a sacar la careta a un personaje vinculado con el crimen organizado en Córdoba", disparó.
Como ya habíamos cronicado, la contienda estaba 1 a 1 antes de que el renunciante (¿o renunciado?) Hak dejara el cargo, pero los contrincantes, lejos de ceder, fueron por más y se advierte que el partido aún está muy lejos de terminar, por lo que cualquier resultado es por demás provisorio. Y es en este escenario que aparece el renunciante-renunciado Hak con su anuncio de un armagedón de terribles (e impredecibles) consecuencias políticas e institucionales...
De la historia "Rosa" a la espina "Azul"
Al parecer, del otro lado del ring ya no estaría (si es que alguna vez estuvo) solo un ex comisario general (Sergio "La Rosa" Gómez) sino toda una estructura de composición mixta y límites muy difusos, entre los que se encontrarían, como siempre, algunos personajes (en actividad y retirados, o sea, en actividad) de la poco conocida pero muy temida oficina de "Información Criminal", una oficina policial de personas sin nombre ni historia, de ubicación geográfica estratégica pero nunca publicada, que en la arquitectura institucional vienen siendo una especie de bisinietos del Departamento 2 de Informaciones, la tristemente célebre D-2.
Visible lo invisible
Cuando el ex jefe de Policía Julio César Suárez declaró como testigo en el juicio por el acuartelamiento hizo, por un instante, visible lo invisible: "Posiblemente había gente de Buenos Aires queriendo incitar aquí este conflicto que finalmente terminó con los saqueos. Es lo que me informó López".
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Jorge López era jefe de Información Criminal en 2013 y según sus palabras habría sido el encargado de investigar los saqueos. ¿A qué dependencia hacía referencia Julio César Suárez? ¿A qué se dedica Información Criminal? La Policía de Córdoba ha sido históricamente muy hábil y se han valido de la amplitud en la definición de los límites de actuación de “Informaciones” para quedar bien con todos los gobiernos (y todos son todos). Según varias fuentes, son muy hábiles en ofrecer información delictual, pero también y como al “como al paso” dejar caer suculenta información para detonar a un contrincante. Pero sucede (siempre) que el “informado” nunca advierte que en un mismo acto y mágicamente, se transforma en “objetivo”, porque el lema de “Informaciones” es que nunca hay amigos, sino intereses...
¿Y entonces qué pasó con Hak?
A esta alturas de la circunstancias, quizás se estén preguntando que tiene que ver todo esto con lo que ocurrrió con el renunciado Hak.
Hoy, todas las voces apuntan, casi con total certeza, hacia un origen policial en la crisis que le tocó vivir al ex secretario de Seguridad, pero como dijimos al principio, excede a un solo comisario en retiro, por mas “pesado” que sea. Pero lo que comienza a estar claro es que un despechado (Gómez) es mucho más que suficiente para detonar un explosivo, que no fue "el armador" de la bomba, y sobre todo que la sensación de despecho fue más que oportuna para lograr otros fines.
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Nocheros y Rapozeros
Los hermanos Moyano, dueños del ex Rapoza dicen tener pruebas de coimas contra Diego Hak y “Coco” Hak (padre del ex funcionario), entre otros. Por su parte, el renunciado (que ha llamado la atención hasta del mismísimo Donald Trump) dice tener una inigualable capacidad nuclear bajo el brazo... Pero, ¿cuál es el origen de estos videos (¿videos o miniserie?) que casi nadie o nadie vio? Desde hace unos días, todos los comentarios apuntan a señalar un conocido y prestigioso estudio jurídico de Córdoba como el tenedor actual de la “carpeta” o “videoteca”. No obstante, insistimos en que la verdadera cuestión, no es (solo) quién tiene o quién fué el último tenedor, revendedor o intermediario de estos explosivos productos de inteligencia; sino quién o quiénes son los verdaderos “armadores” de esta información tan refinada y dañina a la vez.
Una fuente me contó alguna vez que, en una oportunidad, dialogando con un oficial superior de la Policía, éste, muy temeroso, le advirtió que se cuidara, porque otro oficial que supo desempeñarse en “Informaciones” y al que apodaban “Ojos” u “Ojitos”, le había comentado, sonriente, que a un conocido suyo le tenía preparada “una linda carpetita...”. Por razones desconocidas o circunstanciales, la “carpetita” no pudo ser “detonada”, y al parecer pasó a formar parte de la colección de datos del Sr. “Ojitos”, quien -se dice- pierde algo el pelo pero no las mañas y le gusta recolectar en su archivo público (y privado) datos de periodistas, funcionarios políticos y judiciales, deportistas y otras personalidades de Córdoba... Por las dudas, ¿vio?
Una foto vale más que mil campañas
Con esta nota no pretendemos afirmar que todos los integrantes de Información Criminal participan de estas prácticas, lo cuál seria incorrecto e injusto, o que la persona citada en su momento por Suárez sea uno de ellos. Pero sí es evidente que durante años y años, varios allegados e inorgánicos de “Informaciones” se han mezclado con la noche de Córdoba y amén de haber participado (en todas) sus “fiestas”, han comprobado el alto (altísimo) valor en el mercado, del uranio informativo que puede obtenerse en ellas.
Pero lo que urge saber ahora es si Hak se convertirá en otro despechado y pasará a la historia o si, por el contrario, una cumbre lo hará desistir y enterrar para siempre la bomba que dice tener. Porque está visto que en este extraño partido, Hak ha reconocido la derrota, pero no renuncia al empate y por el contrario redobla su apuesta. Y, por lo que dijo el viernes, está dispuesto a utilizar una bomba que literalmente desintegre y pulverice a quien considera ha sido su verdadero enemigo en esta guerra de carpetas. Y de ese modo, llevárselo consigo para compartir, ambos, un mismo destino…