Hace 30 años estrenaba mi primera agenda que la usaba de “diario íntimo”. Era 1989, tenía 10 años y una de las cosas que más me gustaba hacer era escribir. A esas edad contaba en esas hojas las evaluaciones que tenía en el colegio, si me había ido bien o mal, las juntadas con amigas, las películas que veía y lo que hacía en las vacaciones.
Escribí todos los días de mi vida desde el 13 de mayo de 1989 hasta el 31 de diciembre de 1995. Después vino la Facultad y abandoné estas crónicas tan íntimas y personales. Se ve que se me acabó el entusiasmo, el tiempo o tal vez inconscientemente cerré una etapa de mi vida abandonando este tipo de escritura (para pasar a otra).
Así las cosas, el 13 de mayo de hace 30 años escribí “hoy me pusieron teléfono. A la mañana vinieron dos señores de Entel”. Data para los sub 30: Entel, la vieja Empresa Nacional (pública) de Telecomunicaciones.

De más está decir la risa que da leerse 30 años después. Me dio a pensar varias cosas: si hoy, en 2019 tuviera 10 años, ¿dónde escribiría o diría lo que me pasa, lo que siento, lo que pienso? Con 10 años sería chica para tener redes sociales y por otro lado, ya “no se usa” ni escribir, ni el “diario íntimo”.
Pero siguiendo con la retrospectiva, me encuentro descubriendo mi propia mirada, la de una niña, sobre un hecho histórico de hace exactamente 30 años. Porque hoy se cumple un aniversario redondo de las elecciones presidenciales del 89 cuando Carlos Menem, un gobernador riojano que decía en su campaña “Siganme” le ganaba al cordobés Eduardo César Angeloz.
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El radical tenía como slogan “Se puede”, curiosamente hace poco también lo escuchamos en el actual gobierno nacional como arenga optimista. Con un abuelo materno concejal por la UCR en Deán Funes (cuando esos cargos eran ad honorem) y el cariño por Raúl Alfonsín intacto (a pesar de la hiperinflación) en mi familia no era bienvenido Menem. Por eso, a mis 10 años me auto percibía como “radical”.
En esa época el escenario político era más simple: radicales, peronistas y ucedeítas. Los grises, alianzas, coaliciones políticas varias vendrían después.

Tres conclusiones saco de este recuerdo tan personal: primero, que la vieja división de partidos actualmente es imposible que se herede, porque hoy por hoy no hay nada más dinámico que la política y por ende, es difícil que después de 30 años alguien se mantenga con la misma camiseta.
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En segundo lugar, creo que fue un presagio eso de nombrar a Entel. Un año después de las elecciones Menem privatizaría esa empresa (Dato: Por las irregularidades de esa privatización María Julia Alsogaray fue condenada por fraude a la administración pública). Tercero: creo que editorialicé un poco diciéndole "viejo choto" a Menem. Mis disculpas en nombre de esa niña.