La firma de Schiaretti brilló por su ausencia. Fue el único gobernador justicialista que no suscribió la carta de apoyo a la Casa Rosada en la movida de quitarle fondos al gobierno porteño para financiar a la policía de la Provincia de Buenos Aires. ¿Por qué faltó la adhesión del mandatario cordobés?
El gobernador hizo trascender que no fue invitado a firmar el documento. Desde el entorno presidencial aseguran lo contrario. De cualquier manera, allegados a Schiaretti admiten que no hubiera firmado ese texto.
La distribución más equitativa de los fondos que se recaudan con los impuestos nacionales es una de las banderas que el mandatario cordobés levanta históricamente con más claridad. En otros terrenos, sus puntos de vista no están tan definidos, y han registrado amplias variaciones con el correr de los años. Pero su defensa de una coparticipación vigorosa y blindada a eventuales manotazos del Gobierno Nacional ha sido una constante.
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La movida anunciada por el presidente Alberto Fernández, con el inconfundible sello de su vice, Cristina Fernández de Kirchner, pone a tiro decreto la limitada plata que las provincias reciben de manera automática. Esta vez fue el gobierno porteño el recortado. Curiosa la fórmula ideada por la Casa Rosada para resolver el conflicto policial en la Provincia de Buenos Aires. Es un precedente inquietante. Si estallara una crisis por una protesta del personal de salud en, por ejemplo, Santiago del Estero, ¿el Gobierno nacional podría acaso quitarle a Córdoba una cuota de su parte en la coparticipación para resolver el hipotético conflicto? Aplicando esa misma lógica, sí.
La Corte Suprema tiene mucho para decir en este sentido. Esperemos que sea antes de los cambios que estudia la comisión en la que se destaca el abogado personal de Cristina Fernández de Kirchner.
Los favoritos de la Nación
Desde el kirchnerismo argumentan que hace cuatro años, con Macri recién asumido en la presidencia, el aumento de la coparticipación a la Capital Federal también fue resuelto por decreto. Una diferencia es que aquella vez nadie impugnó judicialmente la medida. Además, los fondos para el traspaso de la policía Federal al gobierno porteño los resignaba la Nación de su cuota en la llamada coparticipación primaria. No había castigo para otra provincia.
La afirmación de que la Ciudad Autónoma de Buenos AIres es muy favorecida con fondos nacionales es verdadera. Pero el problema no está en la coparticipación, sino en la plata que la Nación vuelca por otras vías. Si a la Casa Rosada le interesara revertir esa injusticia tendría que cortar con la montaña de plata que pone en subsidios al transporte, a la energía y al servicio de agua para los habitantes de la Capital Federal y el conurbano bonaerense. Ahí está la clave.
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También podría descentralizar reparticiones. Como todos los ministerios y sus dependencias funcionan en Buenos Aires, casi toda la plata que gasta la Nación en sueldos queda a pocos kilómetros de la Casa Rosada. Combustible para la economía del Área Metropolitana de Buenos Ares.
De todo lo que se recauda a través los impuestos nacionales, el 58% lo retiene la nación, y el 42% restante se distribuye a través de la coparticipación a las provincias, que son las que tienen a su cargo las funciones básicas del Estado (seguridad, educación, salud y justicia). Además, en el caso de algunos distritos como Córdoba, afrontan por su cuenta buena parte de las inversiones en materia de infraestructura.
El manotazo a la Capital Federal a favor de la Provincia de Buenos Aires se da en un año caracterizado por el favoritismo que ya venía mostrando el gobierno nacional por la provincia gobernada por Axel Kicillof. Según un estudio de las cuentas públicas de la consultora Aerarium, el 48% de las transferencias discrecionales de la Nación en este 2020 fueron al gobierno bonaerense. Mucho más de lo que recibía su provincia en años anteriores. Diez puntos más de lo que le correspondería siguiendo un criterio poblacional, por ejemplo. Encima, en un año en el que las transferencias discrecionales de la Nación cobran más volumen. El episodio IV de las gestiones K no presenta novedades en este terreno.
La ausencia de Schiaretti en la carta de apoyo de los gobernadores justicialistas a la Casa Rosada no es un accidente. Es una diferenciación como las que se venían dando en otros temas clave, todas de corte autoritario, como la expropiación de Vicentín o la Reforma Judicial, que en breve tiene que ser tratada en Diputados. Además, en pocos días empezará en el Congreso el debate por el presupuesto para el año que viene. Los cuatro diputados que responden al Gobernador de Córdoba serán decisivos.