La Córdoba de los dineros de dudosa procedencia e ilegal circulación aflora esta vez de una manera curiosa. Una sencilla despensa en un barrio de clase media no demasiado acomodada era el escenario para una financiera al margen de la ley, que ha estafado a vecinos de Providencia entre otros pero que nos vuelve a mostrar una trama tan compleja como oculta.
Hay una constante en los hechos recientes, que se han hecho público de las maneras más diversas: las investigaciones avanzan sólo un poco y terminan –invariablemente– cortando el hilo en un lugar que nos impide conocer dónde está la verdadera punta de la madeja.
Repasemos algunos casos bastante frescos, que sirven sólo a modo de ejemplo.
CBI. El megaescándalo de la financiera CBI, que se destapó por la muerte aún no esclarecida de uno de sus dueños, ya fue a juicio una parte y hay condenados por la nueva figura del Código Penal de intermediación financiera no autorizada.
Pero no logramos saber en estos cinco años y la Justicia tampoco se ha expedido al respecto en el fallo de hace un par de meses a los directivos de la financiera, quiénes eran los aportantes y el origen real de esas fortunas que circulaban, en una causa en la que aparecieron importantes personajes de la política, el empresariado y el sindicalismo cordobés, pero que ninguno tiene siquiera una imputación.
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Rondeau 84. En febrero de 2018 nos sacudíamos con un sangriento tiroteo en Nueva Córdoba con un policía y delincuentes muy conocidos muertos. Se ha avanzado en la investigación del tiroteo y del asalto, con la causa elevada a juicio en la Justicia provincial.
Pero la Justicia Federal hace un año y medio que nada nos dice de lo que funcionaba allí. No hay un sólo dato sólido de esa mesa de dinero bajo la pantalla de una administradora de inmuebles, ni de sus aportantes, ni de sus conexiones.
También se mencionaron personajes de la política, las empresas y los gremios. Pero el silencio de la causa por supuesto lavado de dinero es atronador.
Hermanos. Sin tanto estrépito como los anteriores, una trama oscura se cierne sobre dos atentados con explosivos en viviendas de barrio Jardín y Alberdi. El primero se equivocaron de residencia pero le apuntaron a la casa de los hermanos Spidalieri, uno funcionario provincial y el otro empresario de la noche. En principio, el segundo realizaba operaciones financieras de importancia y no habría cumplido con algunas obligaciones, de altos montos.
Hay denuncias cruzadas en la Justicia provincial, donde por cierto las causas avanzan al ritmo de tortuga que caracteriza a los Tribunales.
Ariel Joaquín empezó a incumplir y desapareció del barrio justo después de las elecciones provinciales del 12 de mayo.
Despensa. La despensa-financiera ilegal de Providencia ha afectado, en principio, a simples vecinos de la zona, que cayeron en la tentación en épocas en las que no es sencillo resguardar los ahorros.
Pero las dudas son enormes. Por citar sólo algunas, vale mencionar la singular protección que gozaba este chofer de colectivo-almacenero-prestamista, que hacía circular por su mostrador millones en efectivo tanto en pesos como en dólares, sin que durante largos años haya tenido el más mínimo episodio de inseguridad.
La segunda pasa por dichos de él mismo a sus damnificados a través de WhatsApp respecto a que operaba para una financiera mayor. ¿Cuántas ramificaciones tienen las mesas de dinero o cuevas cordobesas?
El tercer elemento, citado por el colega Juan Federico en La Voz, es que Ariel Joaquín empezó a incumplir y desapareció del barrio justo después de las elecciones provinciales del 12 de mayo. Hay quienes sostienen que este indicio temporal no es mera casualidad.
Mientras tanto, el dinero oscuro circula por Córdoba con las autoridades, en especial las judiciales, mirando para cualquier otro lado.