Una disputa entre agentes de Salud del Polo Sanitario con naranjitas por el cobro extorsivo del estacionamiento en cercanías a la zona de los hospitales puso nuevamente en escena un problema que se repite en la vía pública en Córdoba.
Habitualmente sucede que automovilistas y naranjitas aceptan un acuerdo tácito en el que los primeros pagan un valor razonable por el espacio ocupado con el auto en lugares que están bajo el control de los segundos.
En los últimos años, ante la proliferación de naranjitas en las calles de Córdoba, ese acuerdo implícito pretendió ser regulado por las gestiones municipales de turno a través de convenios con cooperativas que nuclean a muchos de estos trabajadores. A ellos les asignaron zonas específicas para su labor.
Casi en simultáneo, el Estado municipal jubiló a los parquímetros del centro y Nueva Córdoba e implementó la utilización de aplicaciones de celulares o SMS para pagar el estacionamiento en lugares prestablecidos.
Ambas modalidades, el pago al naranjita y el pago mediante parquímetro o la app, convivieron y conviven en varios sectores pese a que los trabajadores de anaranjado no tienen la autorización para el cobro en los espacios demarcados para el actual Sistema de Estacionamiento Medido Municipal (SEMM).
Esta bimodalidad provoca el reproche cruzado entre automovilistas y naranjitas y, cada tanto, ocurren casos graves de violencia. A veces son los trabajadores de la calle los que extorsionan al conductor para que pague un monto superior al establecido, y en otras oportunidades son los conductores los que deciden plantarse y no pagar, incluso en lugares asignados a naranjitas.
Se reniega mucho. Y el descontrol del estacionamiento controlado por municipio o naranjitas queda en evidencia.
Sin embargo, debajo de estos enfrentamientos callejeros subyace una problemática más grave que, por ahora, no tiene atisbos de solución: el parque automotor en Córdoba creció exponencialmente en los últimos años y provocó, además del caos de tránsito en diferentes momentos del día en cada vez más calles y avenidas, que estos vehículos no encuentren espacios adónde estacionar.
Según la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (Afac), en Argentina hay 14.564.842 vehículos en uso y el 10 por ciento de ese total corresponde a la provincia de Córdoba. Se estima que en la última década se duplicó la cantidad de autos que circulan por las calles de la capital provincial.
Con este panorama parece inevitable que haya cruces y reproches en las calles. No hay lugar, no hay espacio, no hay estacionamiento.
El transporte público es la solución al problema. Pero el actual servicio de colectivos urbanos no está a la altura de las circunstancias y la promesa del ferrourbano por ahora sigue en veremos.