Luis Castana ata una cinta de la policía a su camioneta. Cierra el perímetro. Arriba la policía y los peritos trabajan sobre la escena del crimen. De otro crimen. De otra chica en el calvario. De otra chica tan asesinada como su hija, Andrea Castana.
A Ingrid la mataron en la entre la estación uno y la dos. A Andrea cerca de la ocho. En la ocho hay un cartel de madera que marca la estación y reza: "Jesús consuela las mujeres".
Desde hace medio año, Luis Castana sube al cerro del viacruxis todos los días. Trepa y escala con devoción de padre para encontrar algo que lo acerque a la justicia. Aunque aún no sepa de qué se trata. Ayer, vio bajar otro cuerpo de una chica escoltado por grupos especiales. Vio partir otra camioneta de policía judicial cargada de bestialidad sobre el cuerpo de un ser inocente.
Ayer, cuando Luis Castana ataba la cinta de la policía para que nadie más pase, parecía que decía “cierro el cerro para que a nadie más lo maten”.