El próximo domingo son las PASO, elecciones en las que se definen los candidatos para las legislativas del mes de octubre. No conformes con el espacio cedido en los medios para su propaganda (en El Doce son alrededor de cuatro horas por día), casi todos los partidos acuden a métodos antiguos que lejos están de sus promesas de campañas.
Está claro que ninguno de los candidatos se opone al cuidado del medio ambiente, de hecho la ecología y el cuidado del habitad en el que vivimos siempre figura en las plataformas electorales de estos sesudos personajes que tienen las soluciones bajo el brazo para cada uno de los problemas que hoy tiene nuestros país. "Del lado de la juventud, el ambiente y el turismo", dice uno de los panfletos.
En la era de las nuevas tecnologías, redes sociales y espacio gratuito en los medios, resulta raro pero no extraño ver miles de papelitos tirados por todas partes. Cada rincón de los pueblos y caminos por donde pasan las caravanas termina transformado en una tribuna de futbol después de la ceremonia de salida a la cancha de los equipos.
El "pi pi, pi pi pi" de los autos con sus balizas encendidas en las caravanas sólo es un trastorno mientras demora, perdón, mientras dura el evento. Evento que "sin dudas" hará cambiar la intención de voto de las personas que al costado del camino o calles ven pasar los vehículos.
Donde hubo caravana panfletos quedan. Entre que los ciudadanos de a pie no somos lo suficientemente cuidadosos con la limpieza y el cuidado del espacio público, encima quienes se candidatean colaboran con el desorden y la mugre en las calles.
Es cierto que hemos vistos menos pegatinas de afiches, pero esa sensación indescriptible de ir tirando papelitos por la ventanilla de los autos sigue siendo el placer de los fervientes seguidores de los candidatos. No importa el partido pero calculo que tirar papelitos sin ningún cargo de conciencia debe ser hermoso.