Hace casi 3 años que el motor de mi vida es mi hija Emma. Y por ella y pensando en ella es que escribí lo que escribí en twitter. En ella están representadas las mujeres del futuro y es responsabilidad de nosotras allanarle el camino así como otras mujeres lo hicieron por nosotras.
Este año fue especial. Tomamos coraje y decidimos no callar. Porque nunca más una mujer periodista tenga que soportar lo que me pasó con Lito Cruz. Año 2009, yo iba a hacerle una nota al actor y cuando me encuentro con él en el hall del Hotel Interplaza. Me dice "¿todo eso es tuyo?" y me toca las tetas cual "scanner". Yo quedé en shock. Él con una sonrisa minimizó el hecho. Mi deber ser me decía que yo tenía que llevar la nota al canal. Y él lo sabía. Una clara relación de poder.
Muchas veces como periodistas mujeres tenemos que sortear el machismo imperante en el medio y otras veces toma forma en personas como Miguel Del Sel. En una nota con Midachi en Santa Fe, invitados por el grupo, este señor se hace el distraído, roza con su mano mi cola y dice "ah.. de atrás no estás nada mal tampoco", mirándome la cola de una manera más que desagradable. Y me pregunto ¿por qué tengo que soportar en carne propia semejante escena si yo lo único que quiero es hacerte una entrevista?
Mi paso por Canal 10 fue decisivo para que entre a El Doce. Aprendí mucho y lo más lindo de esa experiencia es que ahí conocí a una de mis mejores amigas y a compañeros que hoy sigo encontrándome con mucho cariño. Pienso en eso y me saca una sonrisa. Pero también, hay una cara triste de esta historia. Pasé por lo que llamamos lisa y llanamente "acoso sexual".
Roberto Sniezek ocupaba un cargo jerárquico en el canal. Tenía a su cargo la dirección de cámara de uno de los noticieros en donde trabajaba y, a su vez, participaba en la decisión de lo que salía al aire. Un día me invita a su oficina para hablar. Me toma las manos y me dice "qué lindas manos que tenés". Yo se las saqué y le dije "no, no, son feas". Luego pregunta "¿De qué signo sos?", le respondo "de escorpio", con la intención de ir terminando la charla. Y él acota "las escorpianas son fogosas". Desde ese momento intenté evitar cruzarme con él.
Luego, un día yo estaba saliendo del canal hacia el móvil y me pregunta a dónde iba. Le respondí apurada "¡A Carlos Paz!". "Yo te llevaría camino a Carlos Paz" (a buen entendedor...) Desde ese momento reforcé mi intención de no cruzarme con él y su reacción fue empezar a sacar de la pauta del noticiero las notas de espectáculos y a decir frente a un grupo de compañeros que yo tenía un contrato "millonario", que no entendía esas irregularidades de contratación. El objetivo: sacarme del canal.
Que nadie te toque si no querés. Que nadie te mire como si fueras su propiedad. Y no te quedes callada. Por las Emmas que vienen. Y por vos.