El camaleónico Alberto Fernández hizo otra de sus sorprendentes transformaciones. En su despacho, el Presidente posó sonriente con la modelo Liz Solari, referente de la denominada Unión Vegana Argentina (UVA). En la imagen aparece una caja con la leyenda "No al acuerdo porcino con China".
Fue en la entrega simbólica de 500 mil firmas en contra de un acuerdo que impulsa el gobierno argentino, el mismo que en teoría lidera Alberto Fernández. El convenio internacional tiene como objetivo conseguir inversiones chinas que permitan ampliar las exportaciones de carne de cerdo a ese país.
Los referentes veganos salieron muy conformes del encuentro en la Casa Rosada. Además de ofrecerles un menú ajustado a sus criterios, el presidente les garantizó que "no va a promover modelos industriales de producción de ganado porcino que puedan poner en riesgo la salud pública”, según detalló en un comunicado la UVA.
El proyecto para instalar las megagranjas de cerdos sigue en pie. Tras las dudas generadas por la difusión del encuentro en la Rosada con Liz Solari, desde el Ministerio de Desarrollo y la Cancillería aclararon que el acuerdo está en marcha. Es más, precisaron que esta semana hubo nuevos contactos en China para avanzar en los detalles.
La inversión global sumaría 3800 millones de dólares. Habría decenas de plantas en diferentes puntos del país, muchas de ellas en Córdoba. De hecho, el gobierno provincial ya adelantó su respaldo al proyecto.
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Uno de los principales expertos en el país en la producción de carne de cerdo, el técnico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria Jorge Brunori, afirmó que "la industria porcina ha avanzado muchísimo en el control ambiental y el control del bienestar animal". Además, en declaraciones a Pulxo 95.1 FM, detalló lo mucho que puede desarrollarse esta actividad en el país: en la Unión Europea, se crían 70 cerdos por kilómetro cuadrado. En la Argentina, apenas uno.
La plasticidad mostrada por el Presidente al simular que simpatiza con una causa contraria a una de las políticas que impulsa su gobierno está en línea con la que viene exhibiendo en otros terrenos. Por ejemplo, en el vínculo con su vicepresidenta, la que recomienda a inciertos ministros y ministras buscarse "otro laburo".
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A propósito de este apriete público en favor del operativo impunidad, sería interesante ver ahora a Alberto Fernández recibir en su despacho a una mujer de su máxima confianza con el mismo entusiasmo que transmitió en la foto junto a Liz Solari. A la ministra de Justicia Marcela Losardo no le vendría mal una muestra de apoyo presidencial de este tipo.