"Los cordobeses somos muy agradables". Mauricio Macri volvió a elegir el camino de la broma para reforzar esa particular relación que tiene con Córdoba, la provincia que le posibilitó llegar a la Presidencia hace algo más de dos años.
Lo hizo en un momento complejo para su gestión. Cerró mal 2017, después de haber ganado la elección legislativa de medio término, se cayó en la consideración ciudadana, disminuyeron las expectativas respecto a mejoras en la situación económica y algunos escándalos de los integrantes de su gabinete hicieron que pasara un enero difícil.
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En ese contexto, tuvo la novena visita oficial como Presidente, con lo que si le sumamos las de campaña y las de descanso, da una presencia en Córdoba cada mes y medio.
Más allá del lanzamiento del nuevo modelo de Fiat, el paso de Macri por Córdoba dejó mucho más gestos que definiciones concretas. Su discurso fue casi un calco de cada alocución presidencial: apostar al desarrollo con educación para generar empleo que permita salir de la pobreza. La ha repetido tantas veces que ya suena como un pase mágico de abrakadabra.
Le agregó la condena a los patoterismos y comportamientos mafiosos, en alusión al enfrentamiento que sostiene con un sector del sindicalismo y con Hugo Moyano.
En lo gestual, volvió a dejar claro que considera a Juan Schiaretti como un aliado. El gobernador le correspondió con elogios a su plan, pero sin caer en exageraciones como en otras ocasiones.
Visitaron juntos las obras de la Circunvalación, para la cual la Provincia viene pidiéndole a la Nación que ponga lo que prometió, unos 3 mil millones de pesos.
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Para la complicada interna del complicado Cambiemos cordobés, Macri también trajo gestos: los subió a Héctor Baldassi y a Rodrigo De Loredo al avión presidencial. El diputado nacional es uno de los que quiere ser candidato a gobernador y el titular del Arsat se tiene que ir a fin de mes por los alcances de la prohibición de familares-funcionarios y quiere ser candidato a intendente de la ciudad de Córdoba.
¿Debe leerse esto como un explícito aval de ambas nominaciones? De ninguna manera. Faltan unos meses para la definición de candidaturas, pero lo que sí es un mensaje de que por ahora las preferencias presidenciales están más rumbeadas para ese lado que para otro.