Más populista que el proyecto de ampliación de las "zonas frías" para el gas no se consigue. Conceptualmente disparatado, incluye encima un torpe diseño para su implementación. En el mediano y largo plazo los pésimos resultados están garantizados.
El proyecto de ley que impulsó el diputado Máximo Kirchner, contó en la Cámara Baja con el respaldo de medio bloque de Juntos por el Cambio y fue festejado con un revoleo de frazada por el zigzagueante legislador mendocino José Ramón. En el Senado su aprobación será un trámite.
En esencia, la futura ley extenderá el subsidio al gas de la Patagonia a la mitad del país. En amplias regiones, incluida la mitad de Córdoba, desde la capital hacia el sur, los usuarios pagarán con nuevos descuentos, de entre el 30 y el 50 por ciento, unas tarifas que ya vienen congeladas y que en términos reales son cada vez más económicas. Económicas para los usuarios conectados a la red de gas, claro, no para el Estado, que tendrá que importar cada vez más gas, a valores internacionales.
Entre los beneficiados están todos los habitantes de las llamadas "zonas frías". Eso incluye a familias de clase media, baja y, también, a dueños de grandes fortunas. Todos y todas. Y, naturalmente, deja afuera a la sufrida población que se abastece de gas con garrafas, cerca del 40 por ciento de la población del país.
El mapa oficial de las llamadas "zonas frías" merece un párrafo aparte. Está la mitad de la provincia de Córdoba, pero en cantidad de usuarios de la red de gas los beneficiados son más de dos tercios del total provincial. Está Córdoba capital, pero no el departamento Colón. ¿Hace más frío en el exclusivo country Lomas de la Carolina, ubicado en el departamento Capital, que en el barrio Cuesta Colorada, de La Calera, que está cruzando una calle, y que no figura entre los alcanzados por el subsidio extra?
Según los funcionarios del gobierno nacional, la financiación de esta rebaja en las "zonas frías" la aportará una suba de poco menos del 1 por ciento en la factura de las "zonas calientes". Afirman que un punto de las facturas de la mitad de los usuarios de gas del país alcanza para cubrir una rebaja de entre el 30 y el 50 por ciento para la otra mitad. No dan los números. Eso, sin contar que la mitad a la que se le lanza esta promo tendrá ahora un incentivo extra para aumentar su consumo de gas. Gran momento para que los multimillonarios alcanzados por el subsidio ampliado analicen poner un sistema de calefacción a gas en las piletas de sus casas.
Con el acompañamiento de buena parte de la oposición, Máximo Kirchner impulsa por esta vía inyectar a una parte del país plata que terminará poniendo por otras vías toda la sociedad argentina. La ley derivará en más subsidios, mayores necesidades de importación de gas, más emisión monetaria para financiarlos, más inflación, más pobreza. Más de lo mismo.