Sorprende de manera notable el insulto de Sampaoli al inspector de tránsito que lo obligó a bajarse del auto y caminar un par de cuadras hacia el hotel en el que estaba hospedado. El técnico de la Selección venía del casamiento de una de sus hijas, sentado en la parte trasera del vehículo. Eran ocho en un coche con cinco cinturones.
El inspector obligó conforme corresponde a la ley vigente hacer bajar a los ocupantes sobrantes. El combo fue explosivo: festejo, confianza y que el hotel quedara a pocas cuadras hizo que el DT reaccionara de la peor manera: denigrando a una persona por su sueldo.
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Sin importar lo honesto de su trabajo y la eficiencia del mismo. Gracias a estos controles en Casilda bajó el alcoholismo de un 40 a un 7 por ciento y por el mismo camino los accidentes de tránsito.
Al escuchar el reclamo de Jorge Sampaoli me viene a la mente el dicho "haz lo que yo digo y no lo que yo hago”. Al DT siempre se lo vio involucrado en causas sociales y en la lucha por la igualdad. Que él tenga un suculento sueldo por ser el que comande a la Selección desde el banco, más lo que justificadamente haya sumado a sus cuentas bancarias en su estadía en la Selección de Chile, como así también en su paso por el Sevilla de España, no le da la autoridad para poder denigrar a una persona. Según veo yo, nadie tiene esa potestad.
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Luego, él llamó personalmente a Federico Censi, jefe de seguridad ciudadana de Casilda y le pidió disculpas. También lo hizo Marcelo Sampaoli, hermano de Jorge. En ese llamado, y tal vez avergonzado por lo ocurrido, confirmó que iba a continuar con un proyecto solidario que tiene en conjunto con la Municipalidad de su ciudad natal.
No solo hay que parecer, sino ser. Como líder de un grupo de nada más y nada menos que de una Selección de fútbol hay que dar el ejemplo. Dentro y fuera de la cancha. Haya o no un celular prendido. No alcanza con declaraciones que justifiquen su corriente ideológica y quedar con buena imagen gracias a la demagogia. El ser correcto se ve en la pequeños y cotidianos momentos que la vida te pone en el camino.
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