Primer acto: el intempestivo y extemporáneo apartamiento de dos oficiales superiores claves en el armado de la política de seguridad de los últimos años: el silencioso y estratégico Comisario Mayor Adrián Delgado por un lado; y el intempestivos y verborrágico Comisario General Sergio “La Rosa” Gómez, por otro. Por haber sido cronicados desde El Doce.tv los gritos e insultos que se escucharon en el Panal, el Secretario Hak se enoja furiosamente con el mensajero y desatiende el mensaje. Y a quien lo quiere escuchar, afirma: tranquilos, la casa está en orden...
Segundo acto: la insólita denuncia del por entonces “licenciado” Diego Hak contra su padre, ante un fiscal antidrogas, por un video (¿o miniserie?) que hasta ahora sólo parecen conocer sus “protagonistas”. Expectativa porque el “director” y los “productores” aún no se han presentado a reclamar el Martín “Fiero” en las categorías “Mejor Cama 2018” y “Vendetta de Oro”.
Tercer acto: en un hecho insólito, los hermanos Moyano, dueños del mítico (y ahora, por nadie conocido ¿bar nocturno?) ex Rapoza, denuncian a Hak, a su padre y a un alto funcionario de la Secretaría de Seguridad de Córdoba, por una serie de delitos vinculados a supuestas extorsiones y pedido de coimas. Y reconocen por primera vez, haber pagado durante años para poder funcionar. Muy rápidos de reflejos, muchos (propios y ajenos) ponen cara de Don Abraham y dicen no saber de qué les están hablando, ni saber quién es el verdadero rey de la noche...
Cuarto acto: el ex” licenciado” y actual renunciado Diego Hak, visiblemente desencajado, anuncia su alejamiento del cargo de Secretario de Seguridad y manifiesta estar en posesión de una “bomba de neutrones” contra el delito organizado en la Provincia (¡era hora...!) de potencia inigualable; bomba que hasta ahora parece tener la mecha húmeda (¿o alguien se la mojó?).
Quinto acto: el abogado Marcelo Touriño hace una presentación judicial y luego viraliza un video denunciando el faltante de aproximadamente unas 1.500 armas (más) del arsenal de la Policía de la Provincia de Córdoba, basándose en un documento oficial de Armamentos y Equipos. Traducido al cordobés básico: le pega un patadón a un hormiguero más grande que una casa.
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Sexto acto: el Subjefe de Policía, Comisario General Gustavo Folli Pedetta, totalmente confiado en su capacidad oratoria, excelente relación con la prensa y en su florida verborragia, da una de las más desopilantes conferencias de prensa de los últimos milenios, anunciando con total seguridad y rigurosidad, sólo “dudas e inconsistencias”. Entre otras frases destinadas a la vitrina de honor de los bloopers de la seguridad cordobesa, afirmó, sin que se le mueva el pelo, que “no sólo NO faltan armas, sino que sobran...”.
Séptimo acto: asume Alfonso Mosquera como Secretario de Seguridad. Con todo el estereotipo del abogado defensor, ni bien termina de decir “sí, juro”, afirma de modo contundente, rotundo y totalmente seguro (y sin tomar aire): “Mi (nuevo) cliente tiene razón y dice la verdad: no falta ningún arma”. Luego, pregunta qué pasó.
Octavo acto: segunda aparición del Secretario Alfonso Mosquera, ya enterado de lo que está pasando. En primer lugar anuncia que Folli jamás obtendrá un premio Pulitzer. En segundo lugar, sin inmutarse, y vistiendo traje de baño, se para en la punta del trampolín y hace uno de los clavados más recordados de la historia olímpica mundial: afirma (otra vez, de modo contundente, rotundo y totalmente seguro...) que la Policía tiene “25.705 armas de las cuales 2.497 están secuestradas”. A los gritos, los bañeros policiales le anuncian que no se tire, porque la pileta no tiene una gota de agua... pero los escucha cuando ya está en el aire. El Comisario General Félix Quinteros inmediatamente comienza a probarse el traje (de “boss”, por supuesto) y empiezan a los tirones por el traje de Robin (subjefe). Vélez no dice nada: se abstiene de declarar (como siempre).
Noveno acto: tan poca agua tenía la pileta, que este fin de semana tuvieron que salir los agentes a sacarse “selfies” con la reglamentaria y enviarlas por WhatsApp a la Jefatura para así poder hacer el “inventario” y reemplazar el “inventado” de la Casa Azul. (Lo anticipé en un Tweet) ¿Habrá otra conferencia de prensa para anunciar las nuevas diferencias?
Noveno acto B: Touriño (again) afirma de manera rotunda no estar en posesión de ningún video ni miniserie. Dice no saber de qué le hablan. Entre la cola de interesados que lo consultan, se encuentra hasta el gerente de contenidos de Netflix.
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Décimo acto: Touriño (again again) afirma y denuncia públicamente que lo que se anuncia como allanamiento por parte de la fiscal Milagros Gorgas es una especie de acuerdo en el que la Policía le entrega algunos documentos (o lo que ellos quieren entregar). Aparece en el horizonte lejano el “Déjà vu” de la causa Ansenuza. Cualquier parecido con la historia reciente, es pura coincidencia.
Décimo primer acto: parte de la oposición, de manera totalmente “espontánea” y “sin preparación alguna”, en prolijos videos, se rasga las vestiduras por las redes: parecen sufrir más que Neymar en el área contraria. El objetivo “espontáneo”: nacionalizar la obra de teatro y convertirlo en el nuevo drama nacional. Patricia Bullrich, sonriente como siempre, y como si no le faltaran problemas, comienza a “interesarse” por lo que está pasando en Córdoba. Pero cauta, espera... no vaya a ser que en alguno de los capítulos que nadie vio, uno de sus “muchachos” se lleve el premio a mejor actor de reparto... o mejor protagonista...
Décimo segundo acto: el viernes 13 por la mañana detienen a Pity Álvarez. El viernes 13 por la noche detienen a Julio César Suárez. El sábado a primera hora los abogados de Suárez presentan un habeas corpus correctivo, solicitando su inmediata liberación. Los abogados de Pity Álvarez, por el contrario, presentan un recurso reconociendo que su cliente mató al fulano, pero manifiestan que Pity desea estar solo en la celda. No vaya a ser que lo junten con…
Décimo tercero y último acto: sin que nadie lo sepa, y para reivindicarse, Folli prepara una conferencia de prensa sorpresa. Piensa decir que no solo lo de Suárez no es cierto sino que si lo fuera, es una muestra de la eficiencia demoledora de la Policía de Córdoba: ahora sólo faltan 1.499.