La ciudad de Córdoba suma un nuevo medio de movilidad y eso, de por sí, es una buena noticia. La llegada del tren a la estación Mitre, en pleno centro, a pasos de la Terminal, del Panal y de la Legislatura, es un anhelo colectivo desde hace años.
Sin embargo, este avance llega con varios problemas a cuestas, que amenazan con hacerlo fracasar de arranque. El gobierno nacional, que anunció la puesta en marcha de este servicio durante la campaña electoral, sin coordinar acciones con la Provincia y la Municipalidad, resolvió que los viajes dentro de Córdoba capital cuesten entre 1 y 4 pesos. Una tarifa que atrasa décadas. Para viajar desde La Calera hasta la estación Mitre habrá que pagar 6 pesos.
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El precio no cubre ni una ínfima porción del costo de funcionamiento del servicio y rompe la paridad en el esquema tarifario con otros medios de transporte público, además de exponer cómo se vuelcan fortunas en el rubro en el Área Metropolitana de Buenos Aires. Pero a la ridiculez del precio hay que agregarle que sólo se puede pagar el viaje en efectivo. Que a días de empezar el año 2022 el Estado no sea capaz de ofrecer un medio de pago más moderno resulta trágico y cómico a la vez. Una moneda con esas dos caras.
Otro problema del flamante tren son las escasas frecuencias. Cinco viajes desde la Estación Mitre hasta La Calera, y otros tantos en el sentido inverso, parecen muy poco para cubrir las necesidades de movilidad que tienen las zonas que atraviesan las vías. Para ampliar los servicios es necesario invertir en “pulmones” que permitan que se crucen trenes que viajan en direcciones contrarias. Según las autoridades de la empresa estatal Trenes Argentinos, cada formación puede trasladar hasta 240 pasajeros, incluyendo a quienes van parados, aunque la infraestructura de los vagones no parece apropiada para tanta gente. En ese caso, serían apenas unas 1200 personas las que podrían aprovechar los viajes desde y hasta el centro de Córdoba, menos del 0,4% de la gente que usa el servicio de colectivos a diario. Sobre los trenes que van desde y hacia la estación de Alta Córdoba está probado que no prestan un servicio útil a casi ningún vecino, ya que durante una década circularon semivacíos.
Hay más dificultades que probablemente complicarán el debut del Tren Metropolitano de Córdoba. Por ejemplo, los pasos a nivel. Los funcionarios nacionales dicen que para los más de 10 que no tienen barreras habrá banderilleros, operarios que avisan con señas que el tren está por pasar. O la dificultad que suponen los asentamientos levantados a centímetros de las vías, donde las formaciones suelen recibir piedrazos o sufren intentos de sabotaje. En definitiva, el proyecto de Tren Metropolitano que larga casi de sorpresa en Córdoba presenta muchas dudas sobre su “viabilidad”.