Dejé pasar el día de ayer porque no lograba salir del asombro. Hoy, algo más tranquila, intentaré esbozar mi editorial.
Ni falta hace que diga que repudio los horrorosos dichos de Gustavo Cordera. No hay manera de comprenderlo. Hasta el pedido de disculpas me pareció agraviante. Históricamente se comportó como un misógino pero ésto ya superó cualquier límite.
Me asustó la reacción de mucha gente, con expresiones por el estilo:
- "Después de los 16, no es delito"
- "Y también, cómo vienen las pendejas"
- "Hay gente que lo piensa, no lo dice pero lo piensa"
Me preocupa, porque parece que hay más gente de acuerdo con él de lo que creemos.
También rescato que hubo mucha gente que reaccionó, analizó, cuestionó, se preguntó y repudió... El trabajo continúa pero ya empiezan a verse algunos frutos...
Voy a dedicarle un renglón aparte a alguien que por ahí criticó a Cordera dedicándole éstas palabras: "Hijo de puta".
Si la madre era puta, ojalá haya cobrado satisfactoriamente.
Si la madre era puta, espero que haya sido por elección propia. Espero que haya disfrutado de su cuerpo, su sexualidad y su vida.
Insultar a un pelotudo, atacando a la madre, también es machismo...
El micromachismo nos mata.