Diez días intensísimos de maternidad. En casa ya todo huele a bebé. Estar en cuarentena nos permite disfrutarnos de la manera más íntima pero el cansancio se acentúa cuando sentimos que no nos dan las manos para todo.
Lavar ropa, acomodar la casa, ver qué comemos y hasta bañarnos requiere una planificación desde que llegó Facundo. Cada hora es intensa, tan intensa como la felicidad que sentimos de tener a nuestro hijo.
Los primeros miedos y dudas de padres primerizos no tardaron en llegar y con ellos las consultas por teléfono a pediatras, familiares y amigos. ¡Qué importante es toda esa red de contención! Aunque sea sólo de forma virtual, nos proporciona la tranquilidad que necesitamos.
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Pasaron diez días pero el cuerpo todavía duele. Las secuelas de posparto son cada día más leves pero se suman nuevos dolores a la experiencia. Amamantar es todo un arte que requiere paciencia y dedicación. Dar la teta puede doler, y mucho.
Frente a la suma de inquietudes de inexperta, quiero contarles que los mejores consejos de maternidad, me los dieron mis amigas mamás.
Esa especie de tribu femenina que se forma con las que ya pasaron por todo esto. Pequeñas recomendaciones que lograron cambiar completamente algo que no estaba funcionando.
Los consejos
Hoy tenemos información en todos lados. Existen libros larguísimos sobre maternidad, sitios web específicos y cursos que son excelentes. Pero las experiencias que cada una vive y se comparten, sirven a otra mamá y después a otra y a otra.
En tiempos de pandemia, necesitamos más contención, más tribu de mujeres que nunca.
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Así que para aquellas que estén en la dulce espera de sus coronials, les comparto estos ocho consejos. De mamá a mamá. De amiga a amiga:
Autocompasión. Querete así, como estás hoy. Permitite esas ojeras de cansada, ese look desarreglado. Después de parir duelen hasta los dedos, el cuerpo sangra y hay un bebé que atender. Dale tiempo a ese proceso natural sin exigirte demasiado.
Chau celu. Con la cuarentena se intensifican los llamados y mensajes. El WhatsApp explota, todos quieren saber cómo estás y ver una foto del bebé. Las primeras horas y días olvídate de todo eso. Porque ese tiempo es sagrado. Es tuyo, de tu bebé y tu compañero. Todo lo demás, puede esperar. Parientes y amigos, sepan disculpar.
ALAS. Aire, leche, agua y sol para tus pechos. Cuando duelan y las primeras prendidas del bebé te hagan ver las estrellas, dale un descanso al corpiño. Tu propia leche ayudará a cicatrizar las heridas. Un poco de agua tibia bajo la ducha aflojará seguramente la bajada de la leche. Cuando no estés amamantando, dale a tus lolas un ratito de libertad. Aire y sol, un verdadero bálsamo para ellas.
Una mamadera. Lo tenemos claro, nada como la leche de mamá. Pero a veces la lactancia materna exclusiva no puede darse. Porque la leche no baja, porque estás cansada o tantas otras razones. Y tu bebé también puede llorar de hambre. No te sobre exijas. Una mamadera con leche de fórmula a la madrugada, puede ser una opción. Dale tiempo a tu cuerpo sin enloquecer.
Agua. Tomá todo lo que puedas! Una botellita al lado tuyo en esta etapa es fundamental. Las mamás necesitan estar muy bien hidratadas para producir leche y sentirse bien.
Manos frías. Lo dicen los mejores pediatras. Los bebés tienen las manos frías y eso no significa que tengan frío. Explicale esto a esos abuelos preocupados por abrigar de más a sus nietos. Si la cabecita y la nuca del bebé están calentitas, está todo bien.
Confianza. Tu intuición de madre, por más primeriza que parezca, es importante. Cuando tengas dudas, preguntá. Nadie nace sabiendo ser padre o madre. Asi que buscá ayuda si algo te preocupa. Una consulta a tiempo, evita males mayores.
Siestas. Olvidate del reloj. Cuando tu bebé duerme, si podés dormí vos también. Nunca sabemos qué noche nos espera después de un largo día.
Seguramente seguiremos sumando ítems a la lista con el correr de los días. Anécdotas y experiencias que se convertirán en consejos para quien quiera escuchar, o leer en este caso. Ser papás en cuarentena es un gran desafío, pero vale la pena.
Por acá ya se escuchan los primeros quejidos de Facu. Es momento de volver a olvidarse del reloj, ponerme cómoda y sumergirme en esa mirada de niño. Es tiempo de amar.
Hasta la próxima