El Gobierno de Córdoba tenía definidas nuevas flexibilizaciones. Su perfil aperturista se reforzaría principalmente al evitar imponer nuevas restricciones, como demandaron públicamente entidades médicas. Y también, al habilitar a los restoranes a funcionar durante el horario de la cena. En vez de cerrar a las 20, podrían trabajar hasta las 23. Eso iba a incluir a la ciudad de Córdoba.
El viernes a la mañana, dos ministros de peso confirmaban esa dirección, al mismo tiempo que desmentían el viralizado "regreso a fase 1", la opresiva cuarentena dura que la Argentiva vivió en todo su territorio desde mediados de marzo hasta por lo menos inicios de mayo. Dos meses de éxtasis autoritario, en los que a diario se difundía con regocijo el conteo de infractores "detenidos" por desplazarse sin el certificado debido.
+ MIRÁ MÁS: Coronavirus: aumentan las muertes y las internaciones en Córdoba
Córdoba estaba lista para avanzar un paso más en cierta normalización de la vida, hasta que el viernes a la tarde, en la imprecisa conferencia encabezada por el presidente Alberto Fernández, la Casa Rasada reveló su siguiente jugada: profundizar el encierro en las zonas más pobladas de 18 provincias. En el Gobierno nacional consideraron innecesario informar en el acto a qué población le prohibirían desarrollar sus actividades y obligarían a encerrarse por dos semana. Debe haberles parecido un detalle menor.
Finalmente, el sábado a la tarde se supo que la disposición nacional incluye a seis departamentos de Córdoba: Capital, Colón, Punilla, Santa María, San Martín y Tercero Arriba. Según el detalle que comunicó la Provincia, con la participación esta vez del propio gobernador Schiaretti, "en función de las disposiciones nacionales", de acuerdo a la insistente aclaración del ministro de salud Diego Cardozo, se obliga a cerrar a bares y restoranes, que vuelven a la etapa de recaudación diezmada del delivery o take away; las escuelas de danza, canto y teatro; los natatorios y los gimnasios; los centros de culto; las academias de idiomas y... ¡Los autocines! Es llamativo que haya autoridades que crean que los contados experimentos que hubo de reflotar esa actividad merezcan un párrafo especial.
Fuera de los departamentos señalados por la Nación, no se concretará esa marcha atrás. Los restoranes que hayan sobrevivido hasta acá podrán abrir, incluso hasta las 23, en Rio Segundo, Villa General Belgrano, Laboulaye o Marcos Juárez, por poner algunos ejemplos.
El Gobierno de Córdoba intentó contrapesar las malas noticias con la promesa de ayudas a los sectores afectados. Además, ratificó la incorporación de casi 500 camas para reforzar la capacidad de atención del sistema sanitario, y subrayó el sesgo aperturista que cultivó durante la cuarentena, comparado con el confinamiento mucho más duro promovido en otros distritos.
No llegó al extremo del gobierno Mendoza, que salió a criticar las nuevas restrcciones y amaga con ignorarlas.
El Estado metido en los hogares
Párrafo aparte para la prohibición de las reuniones en las casas. Ya pasó más de un mes desde las última vez que estuvieron permitidas en Córdoba, por un pedido especial del Gobierno cordobés a la Nación. Ese pedido se presentó, y fue aceptado verbalmente, los dos primeros domingos de setiembre. El tercero, la Nación lo rechazó. Córdoba no volvió a insistir. Desde entonces se mantiene esa prohibición.
+ MIRÁ MÁS: Robaron 7 millones de pesos en semillas de un campo en San Basilio
Haberla naturalizado es una de las señales más evidentes de que la Argentina se aleja del mundo en el que los derechos fundamentales están garantizados. Ninguna democracia digna de ese nombre castiga los encuentros dentro de los hogares. Muchas han impuestos límites en cuanto a la cantidad de personas. E insisten con recomendaciones sobre la cuidados necesarios: ventilación, distanciamiento, tapabocas, etc. Pero la prohibición total de recibir visitas en una casa es propia de una dirigencia que sueña la pesadilla orwelliana sin notar su caracter pesadillesco.
En importantes distritos de la Argentina esta prohibición lleva siete meses.
El gobierno de Córdoba planeaba autorizar las reuniones nuevamente para el próximo domingo, cuando en nuestro país se acostumbra a celebrar el Día de la Madre. El decreto nacional empujaría así a miles de encuentros, que seguramente se darán igual, a la clandestinidad.