La tecnología crece a pasos agigantados en el fútbol. A las clásicas discusiones de las polémicas después de cada partido, le añadiremos un condimento más: el video arbitraje, que llegó para quedarse en nuestro torneo de primera división.
El partido entre Colón y Aldosivi, que inaugura la octava fecha de la Copa de La Liga, no será uno más. Será el encuentro en el que comience la utilización del VAR en Argentina.
Todas las canchas de los equipos de primera están conectadas. 2.800 kilómetros de fibra óptica serán el nexo con el VOR (Sala de Operaciones de Video), ubicada en el predio de AFA en Ezeiza .
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Se construyó con un costo de 8.000.000 de dólares. El recinto desde donde se asistirá a los 14 árbitros de cada fecha.
Solo podrán intervenir para acciones de gol, expulsión por roja directa, penal o confusión de identidad.
Ángel o demonio
La tecnología llegó para facilitar el trabajo de los árbitros y favorecer la justicia deportiva en las ocasiones que sea requerida, tanto en alguna duda que le surja al juez en el campo de juego o que le comuniquen desde la cabina arbitral.
Hasta ahí fantástico, pero no nos olvidemos que la decisión final la toma el árbitro que está en la cancha. Ese será el momento de máxima tensión.
Fuente de inagotables reclamos, suspicacias y desconfianzas que han desvirtuado el desarrollo de los partidos por las sucesivas revisiones de los fallos. Este es el argumento y miedo de los que ponen reparo a la utilización de esta tecnología.
No es para volverse locos y en menos de lo que pensamos estaremos totalmente familiarizados con el uso del VAR.
Será cuestión de ver y esperar cómo fluye la utilización de esto y seremos testigos de nuevos momentos de nuestro fútbol.
Eso sí, que haya menos errores que favorezcan a los poderosos y más justicia deportiva. Sino será más de lo mismo, pero con VAR.