Estudiantes que llevan meses viviendo experiencias frustrantes. Cientos de miles, no sabemos exactamente cuántos, desconectados del sistema educativo. Madres y padres abrumados por el estrés extra de intentar acompañar a sus hijos en las clases virtuales y en las tareas. El plantel docente, al menos el segmento más comprometido a nivel vocacional, agobiado como nunca.
Además de no ser eficaz para frenar la propagación del coronavirus, como ha quedado ya demostrado por cuanta estadística se tome, y de hundir más de lo necesario a amplios sectores de la economía, la rígida cuarentena argentina provocó un bache educativo de consecuencias impredecibles. O, en el mejor de los casos, una ampliación de la brecha que separa a los sectores más acomodados, con herramientas suficientes para mantenerse conectados con sus escuelas, de la población de menores ingresos.
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Además, tener cerradas las escuelas durante tanto tiempo compromete también la salud de niñas y niños. Y no sería sólo en el aspecto emocional y psíquico, asunto de por sí muy serio.
Según apuntó el médico argentino radicado en Suecia Cristian Duré, investigador del Instituto Karolinska, la política aplicada en nuestro país "está impidiendo que los niños vayan a las escuelas y creen su inmunidad. ¿No estaremos creando niños con un sistema inmunológico deficiente? Mi miedo es que la Argentina sea el primer país del mundo donde la mortalidad de niños por Covid empiece a aumentar, justamente por efecto de esta cuarentena".

En declaraciones a radio Pulxo, el doctor Duré precisó que sus hijos van a al jardín y a la escuela primaria sin barbijos y sin ninguna indicación en cuanto al distanciamiento. En Suecia, país que el Presidente Alberto Fernández usó en mayo de manera apresurada como supuesto ejemplo de políticas equivocadas en relación a la pandemia, nunca se suspendieron las clases. Hoy, cualquiera sea el indicador que se use para comparar, no hay dudas de que su situación es mucho mejor que la Argentina.
"No existe evidencia de que los niños sean responsables de la propagación del virus. Además los niños asintomáticos no transmiten el covid", agregó el médico argentino para reforzar su llamado a que en nuestro país se reabran las escuelas.
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El reclamo para terminar con la clausura de los centros educativos va creciendo. Hace un mes, bastante tarde en rigor, lo adoptó como bandera la oposición de Juntos por el Cambio.
Y se suman iniciativas individuales como la de las maestras del jardín de Carlos Paz que, desplegando toda su imaginación en los bordes de las restricciones vigentes, reunieron a sus alumnos con la excusa del paseo en bici. Uno de los gestos más bellos de resistencia a una cuarentena de resultados catastróficos en todos los frentes, incluido el educativo.