Arrancamos el lunes con reportes de garrotillo y graupel en el Valle de Punilla, las Sierras Chicas y hasta en la ciudad de Córdoba.
Pero los modelos meteorólogicos decían que eso no era todo, así que el martes activamos el equipo “cazanieve” con Fredy Bustos y enrulamos para la zona de La Cumbrecita. Caía la tarde y nada.
La ilusión de encontrar algo de nieve ya empezaba a desvanecerse, hasta que las gotas de llovizna se convirtieron en copos y nuestras caras eran las típicas de un feliz cumpleaños. Esa noche no alcanzó para muñecos de nieve pero nos volvimos satisfechos de haber podido mostrar la primicia. Aunque los modelos insistían con más.
El miércoles siguió tranquilo y frío por Córdoba pero complicado en La Patagonia, hasta que el jueves nos desayunamos con la noticia de que el norte cordobés estaba quedando blanco. Vamos o no vamos era la cuestión. “No van a encontrar nada, se va a derretir hasta que lleguen”, escuchábamos por un lado. “Vengan rápido que esto es una fiesta”, nos decían por el otro. Por suerte, entre vuelta y vuelta los “cazanieve” ya se habían arropado con camisetas, guantes y calzocillos largos para seguir la cobertura.
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La primera parada técnica en Dean Funes nos regaló la postal de un muñeco de nieve intacto en el capó de un auto estacionado. Le sacamos un par de fotos y seguimos viaje. Pero después ya no era uno solo, eran decenas desfilando en caravana cual, trofeos de invierno.
Avanzamos unos kilómetros hasta que encontramos la fábrica de muñecos. Era en la intersección de la ruta 16 con la 18 a la altura de Inti Huasi que estaba cortada por seguridad. El paisaje manchado de blanco y mucha gente de la zona y localidades cercanas, feliz y contenta produciendo y jugando a las guerritas.
El equipo no se conformaba. Con el permiso de la Policía que chequeó la 4x4 del Canal y las cadenas por si acaso, avanzamos por el antiguo Camino Real. Realmente impresionante la nevada que había caído unas horas antes.
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Acumulados de 30 a 50 cm. nos hacían mirar para todos lados y no nos daban las manos para sacar fotos y grabar videos. Hasta los lugareños estaban sorprendidos porque hacía años que ese paisaje no se vestía así.
Ya como frutilla del postre semanal, la gente del norte se la veía venir.
Empezaba a mejorar y cuando el cielo se despejara, la helada iba a ser cruel. Eso también acusaban los modelos para el viernes. Y adivinen. Una vez más, le pegaron como cada día de esta semana tan fría como enriquecedora.