La tendencia de un creciente número de jóvenes emprendedores de compartir un mismo espacio de alta gama, tanto para vivir como para trabajar, está llevando al afianzamiento de un concepto aún nuevo en Argentina: el coliving.
Basado en los ya conocidos sitios de coworking, el coliving busca brindarles a los emprendedores la posibilidad de trabajar y desarrollar sus proyectos en un entorno de comunidad, convirtiéndose a su vez, en una novedosa alternativa de vivienda. Allí, los residentes comparten un ámbito con todos los recursos profesionales sumados a la posibilidad de intercambiar experiencias con otros “colivers”, como objetivos, hobbies y esparcimiento.
Estos emprendimientos, cuyo mayor desarrollo hasta el momento se ha dado en Estados Unidos y Europa, integran en un solo lugar habitaciones individuales o compartidas, comedor, gimnasio y hasta bibliotecas.
El coliving nació en la ciudad estadounidense de San Francisco, cuando muchos profesionales, mayormente jóvenes, buscaban un entorno de trabajo con todas las prestaciones y la posibilidad de residir en el mismo sitio y socializar. En poco tiempo empezaron a proliferar edificios donde los inquilinos podían compartir, no solamente los espacios comunes, sino también sus aficiones, convirtiéndose esos inmuebles en verdaderos laboratorios de ideas para jóvenes emprendedores que trabajan, viven e intercambian experiencias en un mismo ámbito.
A diferencia de los alquileres temporarios, el coliving se caracteriza por brindar al inquilino un espacio amplio para vivir, socializar, trabajar y compartir. En tanto, el alquiler temporario puede tener o no amenities, radicando allí la gran diferencia entre ambos conceptos.
Los “colivers”
Los “colivers”, como se denomina a quienes viven en estos complejos, son mayormente jóvenes de 22 a 30 años que están acostumbrados a los alojamientos con altas prestaciones de su etapa universitaria y que luego, ya siendo profesionales, demandan complejos de características similares para iniciar su vida laboral.
En realidad, el coliving es un concepto que surge de la necesidad de dar respuesta a toda una tendencia generacional basada en los proyectos de vida de muchos jóvenes que terminan sus estudios superiores. Aunque residir en un coliving puede ser más caro que compartir un piso, hay que tener presente que estos inquilinos no buscan un sitio barato sino un lugar donde puedan tener acceso a servicios tecnológicos de alta gama y, a la vez, interrelacionarse con gente y compartir experiencias.
La situación en la Argentina
En término generales, el coliving es algo nuevo en nuestro país. Los primeros pasos se están dando en Buenos Aires, donde de a poco aparecen negocios y se buscan inversores que puedan realizar un desembolso inicial de unos 100 mil dólares. En este sentido, y teniendo en cuenta que en los últimos tiempos se han registrado las rentabilidades más bajas de la historia en el mercado inmobiliario argentino, con un 2 o un 2,5 por ciento, el coliving se muestra como una alternativa muy atractiva, ya que ofrece un 7 por ciento de rentabilidad.
En el caso de la ciudad de Córdoba, donde ya se produjo un importante desarrollo de los espacios de coworking, el coliving todavía está en estudio. Un empresario interesado en avanzar en este concepto de trabajo y vivienda debe tener en cuenta que los inquilinos demandan prestaciones de vanguardia, que les aseguren el confort y la tranquilidad que buscan para residir y desarrollar su actividad laboral. Desde ya, no se trata de servicios baratos, por eso el coliving está destinado a profesionales con un alto poder adquisitivo.