Las personas mayores constituyen uno de los principales grupos de riesgo de la situación sanitaria y social causada por el Covid-19. La declaración del Aislamiento Social Preventivo Obligatorio -ASPO- ha reconfigurado las formas de organización de la cotidianeidad, de la población en general pero de la adulta mayor en particular.
La encuesta del Defensor del Pueblo arroja estas conclusiones, entre otras:
El 31,2 por ciento de las personas mayores vive sola/o y la mayoría de estos tienen más de 70 años. Las personas mayores que están viviendo solos/as o con una pareja de similar edad, indicaron que tienen más necesidades y mayores dificultades para la vida cotidiana.
Aproximadamente 8 de cada 10 tiene alguna enfermedad, y alrededor de 9 de cada 10 toma medicación de manera permanente. Las principales enfermedades mencionadas son: hipertensión, problemas óseos o de articulaciones, diabetes, problemas visuales y enfermedades cardiovasculares. Un 4,5 por ciento expresó haber dejado de tomar su medicación por no poder acceder a las mismas.
Más del 50 por ciento señaló que su situación económica empeoró durante la cuarentena y que la principal preocupación que tienen es la crisis económica.
El 62,5 por ciento mantiene contacto diario o frecuente con seres queridos con los que no convive. Por otra parte, hay un 37,1 por ciento que tiene escaso contacto con sus vínculos afectivos, ya sea porque ocurre solo de forma esporádica o directamente no tiene contacto, y un 8,5 por ciento tiene contacto de una vez por semana. La principal vía de contacto es virtual, a través de plataformas de mensajería y/o redes sociales
Las personas mayores han incorporado nuevas actividades de entretenimiento durante la cuarentena principalmente ligadas a la lectura, más tiempo en las redes para el sostenimiento de los vínculos y escuchar música. Además, la mayoría expresa deseos para concretar cuando termine la cuarentena, principalmente ligados a retomar la rutina y encontrarse con la gente querida.