Mientras acaricia una pelota de básquet, Rubén Magnano se recuerda de niño acompañando a su padre al club del pueblo, donde empezó a tener contacto con el deporte que lo apasiona. En su familia, todos jugaban o habían jugado, y él descubrió que lo suyo no era tirar, sino decidir quién tiraba.
En el profesorado de educación física descubrió la docencia, y entonces quiso se profesor de básquetbol. Explica que no es lo mismo ser profesor que ser entrenador, porque él quería enseñar el deporte, y por eso sus primeros pasos son con grupos de niños.
La profesión lo llevó a conducir la selección nacional, un equipo lleno de estrellas. Y con un mensaje de trabajo en equipo y de éxito como sinónimo de compañerismo, pudo construir un grupo que puso la bandera argentina en lo más alto en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. “El momento de la bandera es la postal más importante de mi carrera”, sostiene, sabiendo que es una foto que detrás tiene un trabajo de años de aprendizaje y transmisión de valores.
Agrega que la única forma de llegar a semejante éxito es trabajar siempre sin miedo a lo que digan los demás (por eso, califica a las redes sociales como algo peligroso si no se lo trabaja desde lo mental), exponiéndose al error y aprendiendo de ello. Y tras estar en lo más alto, la motivación se mantiene si se siguen encontrando desafíos día a día.
No te pierdas esta charla en la que Magnano nos muestra la importancia del trabajo en equipo y de aprender algo nuevo cada día, y quedate atento a las redes de Nobis Medical y El Doce para no perderte ningún capítulo.