2 de abril de 1982. Jaqueada por una crisis política, social y económica, producto de sus propios horrores, la dictadura intentó su último golpe de efecto: luego de una campaña que logró unir a los argentinos bajo el reclamo de soberanía, dio inicio a la guerra para recuperar las Islas Malvinas, en manos inglesas desde hacía 150 años.
Con el heroísmo de los combatientes como única bandera concreta, Leopoldo Galtieri envió a miles a luchar por sobrevivir en condiciones desiguales. Sin planificación, sin el armamento necesario y sin las básicas condiciones humanas para afrontar un clima y una lucha extrema.
Así y todo, en la madrugada de aquel día las tropas desembarcaron e izaron la bandera nacional en el destacamento Royal Marines. Unos 5 mil efectivos se desplegaron en el territorio y Mario Benjamín Menéndez asumió como gobernador.
Por primera vez desde 1833, los argentinos sintieron que las Islas Malvinas volvían a manos argentinas y el golpe de efecto parecía funcionar.
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El clima triunfalista se convirtió en convocatorias masivas y los militares solo tiraron leña al fuego. Ante una Plaza de Mayo colmada, Galtieri desafió a los ingleses con su “si quieren venir que vengan, les daremos batalla” y dio inicio a una campaña mediática bajo la consigna -censura mediante- del "estamos ganando".
El 25 de abril, la flota británica, de reconocido poderío histórico, arribó a las Islas y transformó la euforia en dolor, hambre, frío y muerte.
A la desigualdad táctica y de equipamiento, que hizo imposible sobre todo el éxito por tierra, se sumó uno de los más aberrantes crímenes de guerra que el mundo recuerde: aunque estaba fuera de la zona de exclusión, donde se libraba la batalla, un submarino nuclear británico provocó el hundimiento del Crucero General Belgrano. Solo allí murieron 323 combatientes.
El 11 de junio, la visita del papa Juan Pablo II a Argentina terminó de cerrar los padecimientos de los héroes, al menos en Malvinas. Luego de una misa en Luján en la que dio un mensaje por la paz y tras una reunión con Galtieri, la dictadura decidió la rendición.
El alto al fuego fue pactado por el comandante británico Jeremy Moore y el gobernador Menéndez y se concretó el 14 de junio.
40 años de dolor
#14J, el documental realizado por un equipo de El Doce, visibiliza cómo fue de la vida de los protagonistas de la guerra después del 14 de junio de 1982.
Se entrevistaron a 31 personas, entre ellos veteranos argentinos e ingleses, civiles que fueron a la guerra como voluntarios, familiares de caídos, personal de la salud y periodistas de esa época.
La trama se dividió en cinco capítulos con testimonios, fotos personales, material audiovisual y archivos nacionales e internacionales. La realización estuvo a cargo de Lucio Casalla y Marina Rodríguez.
+ VIDEO: El documental #14J, regreso a casa: