Este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) publicará el informe sobre la inflación de enero, que se espera sea menor a la registrada en diciembre: el último mes de 2023 cerró con 25,5 por ciento y la anual fue de 211,4 por ciento.
En la previa a la difusión de este dato, Noticiero Doce recorrió algunos comercios de la ciudad de Córdoba para conocer cuál es la realidad de los principales productos de la canasta básica. ¿El resultado? El avance galopante de los precios preocupa.
Pollo
El precio bajó a fines de diciembre y principios de enero, pero volvió a subir un 30 por ciento. Y advirtieron que el jueves aplicarán otra suba de entre un 5 o 10 más.
“El kilo de pollo lo tenemos a 1.990 pesos, las alitas tratamos de ponerlas a precio para que apenas entran salgan en el día, la pata y muslo igual, aunque sé que en otros lugares está mucho más caro”, detalló la dueña de un local.
Pescado
La misma comerciante reveló que el pescado fresco subió en enero un 25 por ciento, mientras que los productos congelados, como medallones y milanesas, un 30 por ciento.
Carne
“Empezó a aumentar de nuevo y se ha notado en el consumo”, lamentó un carnicero. Detalló que noviembre aumentó un 25 por ciento y la caída de venta hizo que bajara un 20 por ciento.
Sin embargo, entre la última semana de enero y la primera de febrero lleva un aumento del 15 por ciento y esperan un 10 más.
Verduras
Marcelo afirmó que los principales incrementos de precios se dieron en cuatro productos importantes:
- Bolsa de papa cepillada: pasó de 7 mil a 12 mil pesos
- Bolsa de cebolla: pasó de 4 mil a 9 mil pesos
- Cajón de banana Ecuador: pasó de 20 mil a 36 mil pesos
- Cajón de banana nacional: pasó de 7 mil a 20 mil pesos
- Maple de huevos: pasó de 2.300 a 3.500 pesos
Reflexión
Clara, la dueña de la pollería, aseguró que en su negocio no notó una disminución en la venta, pero sí destacó el esfuerzo que hace como comerciante por mantener precios pese a que el alquiler y los impuestos subieron.
“Hacemos maravillas en tratar de acomodarnos con los precios, nos cuesta más sobrevivir a los comerciantes, pero también es un poco de empatía para que la gente pueda llevar”, expresó.
Por su parte, el carnicero Ángel contó que el consumo volvió a bajar y queda expresado en el volumen que lleva el cliente. “La gente entra pero te pide menos cantidad y no sé cómo harán para comer. Es raro el que pida un kilo, llevan lo justo para el momento”, reveló.