Miles de personas se movilizaron en el centro de la Ciudad de Buenos Aires para protestar por la educación pública. La marcha federal universitaria se congregó en las adyacencias del Congreso de la Nación, para luego emprender camino hacia Plaza de Mayo, en donde se leyó un comunicado elaborado de forma consensuada entre la Universidad de Buenos Aires (UBA), sus 13 facultades y otras universidades nacionales.
Estudiantes, docentes, personal no docente y diferentes referentes políticos opositores al Gobierno Nacional participaron de la multitud, que a las 15.30 inició su recorrido. Los directivos de la UBA, el rector, Ricardo Gelpi, y el vicerrector Emiliano Yacobitti, encabezaron las columnas de manifestantes.
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En principio, los organizadores de la movilización habían pedido evitar identificaciones partidarias, por lo que se pedían solamente la presencia de banderas argentinas y alusivas a la defensa de la educación pública. Por su parte, la Confederación General del Trabajo (CGT) también participó del movimiento.
Asimismo, personalidades políticas como Margarita Stolbizer, Horacio Rodríguez Larreta, Axel Kicillof, Gabriel Katopodis, Martín Lousteau, Myriam Bregman, Nicolás Del Caño, Malena Galmarini y Sergio Massa dijeron presente en la concentración.
El exministro de Economía de la gestión de Alberto Fernández expresó que concurrió a la marcha para acompañar a sus hijos, Milagros y Tomás. “No voy hablar. Hoy hablan los rectores y los chicos”, dijo en diálogo con Crónica.
Otra figura política que apoyó la movilización fue la expresidenta Cristina Kirchner, que salió del balcón del Instituto Patria y saludó a los estudiantes que marchaban. Mostró un buzo de la Universidad Nacional de La Plata, institución en la que se graduó.
Comunicado
Una vez en Plaza de Mayo, se leyó un documento referido a la defensa de la universidad pública. La presidenta de la Federación Universitaria Argentina (FUA), Piera Fernández, se hizo cargo de la lectura.
“Nuestras universidades han sufrido un fuerte ajuste en términos reales en los denominados gastos de funcionamiento; la partida que mes a mes el Poder Ejecutivo envía a las Universidades para que puedan funcionar: mantener edificios, realizar obras, sostener programas de becas, residencias y comedores, incentivar el desarrollo científico, financiar hospitales, laboratorios y proyectos de investigación, y pagar servicios básicos, alquileres, seguros y la protección de sus sedes”, leyó en primera instancia.
Y agregó: “Llegamos a marzo de 2024 con un presupuesto de gastos a valores de septiembre de 2022. El incremento del 70% de estas partidas dispuesto para el mes de marzo, más el reciente anuncio, en el marco de esta convocatoria, de un 70% adicional, constituyen un aliciente aún insuficiente, en tanto la inflación fue de un 300% en el mismo período de tiempo”.
“Además, las obras del Programa Nacional de Infraestructura Universitaria, que habilitaba la posibilidad de desarrollar la infraestructura incorporando obras que por su envergadura es imposible afrontar con propio presupuesto, se encuentran paralizadas y no hay certezas ni información respecto de su continuidad”, añadió.