Más que aislados o privados de la libertad, la corrupción enquistada en las cárceles cordobesas hace que los presos perfeccionen sus técnicas criminales y sometan al resto de la población inocente a sus acciones ilícitas.
La Justicia provincial investiga hace tiempo la corrupción en los presidios provinciales, en una megacausa que tiene bajo prisión a toda la cúpula del Servicio Penitenciario durante buena parte de las gestiones del peronismo cordobés y a empresarios de aceitados vínculos con el poder político.
En Arriba Córdoba, mostramos cómo funciona una parte del sistema criminal que opera a diario desde la cárcel de Bouwer, donde hay más de 7 mil presos por diferentes delitos.
A partir de una serie de testimonios exclusivos de policías, funcionarios judiciales y responsables del Servicio se logró establecer un mecanismo que no se logra desarticular.
+ VIDEO: La primera parte del informe en Arriba Córdoba:
En cada allanamiento que se hace se encuentran decenas y decenas de celulares escondidos en lugares inverosímiles. Plafones de luz, conductos internos de ventilación o electricidad o intersticios en los techos son solo algunos de los escondites.
Algunos presos tienen un conocimiento de la arquitectura de la cárcel que ni los profesionales que la diseñaron tuvieron.
Cielo estrellado
El tema de los celulares es crucial para la frondosa actividad delictiva en el penal.
Ingresan por las visitas (obviamente con complicidad del personal), por guardiacárceles que los venden (cada móvil puede representar entre tres y cinco sueldos para el penitenciario) pero la sospecha más firme es la utilización de drones nocturnos.
Parece estar muy estrellado el cielo de Bouwer, cuentan pesquisas. Estos drones tienen un nivel de precisión que les permite ingresar en determinados conductos que conectan con los “plumas” o jefes de pabellones.
La pregunta que surge es que más allá de que los celulares están prohibidos, la señal de la telefonía móvil debería estar inhibida.
El tema es que hay inhibidores. Si uno entra a Bouwer, en el primer control ya se queda sin señal y en todas las áreas administrativas.
Pero apenas uno comienza a traspasar las pesadas rejas, empiezan a aparecer rayitas en celulares y en las zonas de celdas hay señal a pleno.
Los presos arman antenas caseras que sirven para captar señal salteando la inhibición. Son bastante rudimentarias. Están hechas con plaquetas de computadoras u otros dispositivos, que tienen una fuente de alimentación y les permite rastrear la señal de una proveedora de celular.
+ VIDEO: La segunda parte del informe en Arriba Córdoba:
De hecho, los chips secuestrados son de una sola empresa.
Ya con señal, los “plumas” se encargan de reclutar teléfonos y el paso siguiente es conseguir números de CBU de cuentas bancarias.
Los tienen anotados en cuadernos. ¿De dónde los sacan? El preso nuevo es obligado a proporcionar cuentas de familiares o conocidos a cambio de no sufrir represalias. Además, le abren cuentas a indigentes, personas en situación de calle, adictos perdidos por la droga y hasta de los propios guardiacárceles.
Está todo listo para cometer las estafas virtuales de todo tipo de las que somos víctimas los cordobeses a diario, con amplios conocimientos informáticos.
Una vez que consumada la estafa, es decir, que le saquen el dinero a las víctimas de sus cuentas o de dónde sea, empiezan a mover el dinero por los CBU.
Más de una vez cuando se logra identificar al propietario de la cuenta se dan con que son personas que ni saben lo que es un banco.
La plata se va moviendo hasta que un “transa” retira el dinero. Es un cómplice de la red delictiva que está libre y que se queda con un 10 o 20 por ciento del monto recaudado y el resto va a la familia del preso.
De ahí, una buena parte va al recluso. El resto, la familia lo utiliza para gastos e “inversiones”.
Supuestamente, cada preso puede tener hasta 20 mil pesos en su poder pero se han secuestrado millones en efectivo.
Las autoridades provinciales sostienen que se incorporará tecnología importada para lograr un seguimiento minucioso de los dispositivos móviles para bloquearlos.
El Gobierno provincial informó que en el primer trimestre del año se secuestraron 4.195 celulares y que hay un seguimiento permanente con el Enacom para la inhibición de la señal de telefonía.
El shopping de Bouwer
En la cárcel se comercializa todo, en especial la droga. Hubo allanamientos en que encontraron ladrillos de 3 kilos de marihuana, por ejemplo.
Se transforma en tan rentable este raid delictivo que muchos presos cometen delitos, después de ser dejados en libertad, para poder volver a la cárcel.
“El negocio está acá adentro”, han dicho varios respecto a su situación entre rejas.