Manuel García-Mansilla presentó este lunes su renuncia indeclinable a la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Lo hizo a través de una carta que le envió a Javier Milei, en la que le agradeció la oportunidad y criticó con fuerza al Poder Judicial.
La formalización se conoce cuatro días después de que el Senado rechazara el pliego del jurista, que había sido designado por decreto por el presidente el 27 de febrero. Sobre él pesaba una cautelar que le ordenaba abstenerse a tomar decisiones durante tres meses.
Pese a los intentos del Ejecutivo para que continúe en el cargo, en las últimas horas García-Mansilla presentó su dimisión con una carta de siete páginas dirigida al mandatario libertario. Allí indicó que aceptó el cargo “con la convicción de que la falta de integración de la Corte Suprema era un grave problema institucional que requería una solución urgente”.

El magistrado aclaró que no apoya la “idea errónea” de que el máximo tribunal puede funcionar con tres jueces: “Esto es, lisa y llanamente, un espejismo institucional”. Luego, afirmó que su nombramiento en comisión “era constitucional” y que la mayoría de senadores le dio la espalda acusándolo de falta de idoneidad moral, a lo que llamó una “inverosímil excusa”.
En otro fragmento García-Mansilla reiteró sus críticas a los miembros de la Cámara Alta por su “inacción”. “Tal vez este episodio y esta renuncia sirvan de advertencia para que se den cuenta de una vez de que la integración de la Corte Suprema, y de todo el Poder Judicial federal, es urgente”, lanzó.
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“La inacción, la indolencia y el desprecio por la independencia del Poder Judicial... es francamente escandalosa. Creo que el proceso de transformación de la República Argentina depende de una condición indispensable para que tenga éxito, se consolide y se encarne en cada uno de los argentinos: que exista un Poder Judicial recto, decente e independiente”, propuso el jurista.
“El día que contemos con un Poder Judicial integrado en su totalidad con jueces rectos, honestos, capaces e independientes y apegados a la Constitución y a la ley, nuestro país tendrá una gran parte de su futuro asegurado”, insistió.
Después le agradeció al presidente Milei y, por último, cerró con contundencia: “Aunque me hubiera gustado hacerlo por más tiempo y en otras circunstancias, mi permanencia en el cargo no va a facilitar la integración de la Corte Suprema, sino todo lo contrario: será una excusa más para distraer la atención de aquellos que tienen que aportar una urgente solución a un problema que ya es de larga data”.