El dirigente peronista Guillermo Kraisman volvió a ser noticia: esta vez, por intentar evitar ir a juicio en la causa que lo acusa de robar fiambres en un supermercado y agredir a policías durante su detención.
El exfuncionario presentó ante la Justicia un acuerdo de reparación económica, en el que ofrece pagar $32.000, el doble del valor de lo sustraído, con el fin de cerrar el proceso judicial. Además, solicitó que se le realicen pericias psicológicas para evaluar “su estado mental y las consecuencias emocionales del hecho y del proceso”.

El hecho ocurrió en septiembre de 2024, cuando Kraisman fue detenido en el supermercado Mariano Max de avenida Vélez Sarsfield, en barrio Ampliación San Fernando.
Según el parte policial, intentó escapar sin pagar varios productos: un blíster de bondiola, otro de jamón crudo, un pote de mermelada y un frasco de cerezas.
Tras ser interceptado por los guardias y efectivos policiales, el hombre reaccionó con violencia, arrojando el frasco contra los agentes.
Antecedentes judiciales
El dirigente, de 61 años, ya estuvo detenido en la cárcel de Bouwer varios meses de este año, acusado de intentar cobrar dinero con un DNI falso perteneciente a la llamada “empleada fantasma” de la Legislatura de Córdoba. Recuperó la libertad en octubre tras pagar una fianza de $20 millones y entregar un vehículo.
+ MIRÁ MÁS: El abogado de la “empleada fantasma” tras la liberación de Kraisman: “Nunca se investigó lo político”
Ahora, con un nuevo frente judicial, Kraisman intenta evitar una condena penal mediante el pago compensatorio y una evaluación médica que, según su defensa, podría acreditar un quebranto emocional derivado de la exposición pública y los procesos judiciales en curso.
La Justicia deberá resolver en los próximos días si acepta el acuerdo y archiva la causa, o si el exfuncionario deberá finalmente sentarse en el banquillo por el robo de fiambres.



