El presidente Alberto Fernández reconoció este lunes que evaluó mal la reacción social que generaría la expropiación de la empresa Vicentín.
“Cuando miro para atrás y me pregunto qué hice mal en Vicentin, veo que me equivoqué porque pensé que estaba más asumida la situación de crisis. Pensé que iban a salir a festejar porque estábamos recuperando una empresa importantísima. No pasó, empezaron a acusarme de cosas horribles”, expresó. Sin embargo, dijo que a pesar de la disconformidad manifestada por muchos ante la medida, no recibió "propuestas alternativas".
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En diálogo con radio La Patriada, Fernández se mostró dispuesto a escuchar otras opciones para rescatar a la compañía, a la que consideró "de referencia en la exportación de cereales en el país". No obstante, afirmó que no recibió una propuesta superadora. "Dije: 'Está bien. Si tenemos una solución mejor, tráiganmela', pero sigo esperando", sentenció.
"La situación de Vicentin no está parada porque seguimos trabajando, viendo cómo está, pero no quiero que cada decisión que tomo sea como un Boca-River. Yo no soy un loco suelto, no ando con una chequera de expropiaciones", enfatizó, afirmando que se mantiene “muy respetuoso de la propiedad privada”.
En ese sentido, agregó: “Salgo y digo que me preocupa lo que está pasando con la principal exportadora oleaginosa del país y me dicen que soy un chavista que quiere expropiar. Si quisiera expropiar, no expropiaría una empresa en quiebra sino una cerealera floreciente”.