A principìos de 2015, desaparecieron 72 pistolas de la Jefatura de Policía de Córdoba. Tras la publicación en los medios y la denuncia penal, se inició una investigación para determinar la inconsistencia en el inventario. De esas 72 armas robadas, se recuperaron 28. La mayoría habría ido a parar a bandas narco y una de ellas estuvo involucrada en el tiroteo de Nueva Córdoba.
Esta semana, la policía se reencontró con otra de las armas: una pistola Bersa Thunder Pro. Fue en un allanamiento realizado en Ciudad Evita y estaba en manos de otro policía.
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Según publica La Voz, el sábado por la mañana ingresó un llamado al 101 que indicaba de un tiroteo entre dos vehículos en la zona sudeste de la capital cordobesa. Al llegar al lugar, los vecinos señalaron a un auto color champán, un Volkswagen Vento oscuro y una dirección. Los uniformados fueron hasta allí, donde había un Peugeot 307 color champán estacionado, de similares características a los descriptos en el procedimiento.
En un departamento ubicado en el fondo del terreno, habia dos hombres, uno de ellos era el agente Víctor Ayala, de 23 años y perteneciente a la policía barrial. Con él estaba un civil de 37 años, Maximiliano Muñoz, con antecedentes penales. En la requisa, se dieron con la presencia de dos pistolas Bersa Thunder Pro, un cargador y 14 cartuchos en total. Los hombres negaron haber participado en el tiroteo.
Al chequear la numeración de las pistolas secuestradas se corroboró que pertenecía al lote de armas oficiales que fueron robadas de Jefatura en 2015. La Fiscalía Anticorrupción del primer turno, a cargo de Matías Bornancini, investiga el hallazgo, mientras que la fiscalía ordinaria continúa investigando el rol de Ayala y Muñoz en el supuesto tiroteo.