Las cárceles de Córdoba guardan entre sus rejas a tres personajes muy conocidos en sus ámbitos: un ex intendente, un deportista destacado y un ex funcionario de alta exposición.
Por delitos diferentes y con un estado distinto de sus procesos judiciales, Germán Kammerath, Diego Concha y Ángel "Pato" Cabrera están alojados en establecimientos penitenciarios de Córdoba.
Los tres ocuparon sitiales de relevancia y al ser personalidades públicas surge el interrogante de cómo pasan sus días privados de la libertad.
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El Servicio Penitenciario de Córdoba aclara de arranque que en la provincia “no hay presos VIP”, que cada recluso recibe el tratamiento que le impone el juez o el tribunal que tiene su causa y que se los aloja en determinados pabellones por criterios de resguardo de su integridad.
Los días de Kammerath, Cabrera y Concha son bien diferentes.
Un relevamiento de El Doce pudo establecer algunas cuestiones sobre su paso por el sistema penitenciario.
Un ex intendente estudioso
Kammerath fue condenado en 2015 por negociaciones incompatibles con la función pública a tres años y medio de prisión. Fue por el contrato de seguimiento de la flota municipal a la empresa Radioaviso cuando fue intendente de la ciudad de Córdoba, entre 1999 y 2003.
Pero aquella sentencia tuvo un largo derrotero judicial y recién quedó firme el 28 de octubre de 2021 por un fallo de la Corte Suprema.
El exintendente fue trasladado a la cárcel de Bouwer y estuvo alojado en enfermería por razones de salud.
Su defensa pidió la prisión domiciliaria por cuestiones médicas. En febrero pasado, el juzgado de Ejecución Penal rechazó el pedido pero le concedió al dirigente político la posibilidad de ser trasladado a establecimiento de autodisciplina en cercanías de Monte Cristo.
El lugar tiene un régimen semiabierto con muchas menos medidas de seguridad y control que los establecimientos carcelarios convencionales. Allí van los condenados en el último tramo de su período de reclusión para empezar su resocialización. Kammerath fue trasladado allí cuando sólo había cumplido tres meses de los tres años y medio de la condena.
El ex funcionario menemista no puede gozar de la posibilidad de salir del establecimiento de día como el resto de los alojados, ya que aún no cumplió el 50 por ciento de la pena.
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Lo mismo dispone de una amplia granja para caminar. Comparte la habitación con otro recluso y está cursando un posgrado online en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba.
Dispone para ello de una biblioteca y sala de computación de uso común.
Kammerath recibe muchas visitas y no ha requerido de atención médica especial desde que está en Monte Cristo.
Un ex funcionario solitario
Concha fue detenido el 27 de noviembre de 2021 luego de ser denunciado por su pareja por agresiones, tormentos y amenazas con arma de fuego. Unas horas antes, el Gobierno de Córdoba había anunciado que el histórico funcionario se alejaba por “cuestiones personales”.
Un mes después, el ex director de Defensa Civil de la Provincia fue denunciado por una colaboradora por violación. La joven se suicidó en enero pasado. Esa decisión estaría relacionada con el abuso sufrido, lo cual puede complicar aún más la situación procesal del ex funcionario.
Concha fue trasladado al pabellón de miembros de las fuerzas de Seguridad de la cárcel de Bouwer.
Los reclusos de ese pabellón no tienen contacto con los otros reclusos y la explicación que se da es que se prioriza un criterio de integridad personal.
Concha comparte sus horas con policías detenidos por diferente tipo de delitos y mantiene un bajo perfil.
Un dato destacado es que casi no recibe visitas en los cinco meses que lleva detenido.
El único por violencia de genéro
El golfista “Pato” Cabrera fue condenado en julio de 2021 a dos años de prisión de ejecución efectiva por lesiones, hurto y amenazas contra su ex pareja.
Ya estaba preso en la cárcel de Bouwer después de haber sido trasladado desde Brasil, donde había sido detenido por Interpol luego de estar prófugo en Estados Unidos, donde había viajado sin autorización.
Cabrera fue alojado en el pabellón donde están los reclusos acusados o condenados por delitos económicos o complejos. Es el único en ese lugar que está preso por una causa de violencia de género.
La explicación es que por cuestiones de seguridad se evita el contacto con los reclusos por otros delitos.
El Servicio Penitenciario rechaza que se trate de un pabellón VIP, aunque quienes conocen los recovecos de las cárceles sostienen que los alojados allí tienen algunas prerrogativas que no gozan otros reclusos.
Cabrera interactúa poco con el resto de los presos, aún no se ha anotado en ningún curso y recibe visitas, mientras sus abogados insisten en pedir su excarcelación.