En junio de 2012, Cristina Kirchner era una Presidenta millonaria. Tenía declarada una veintena de propiedades y millones de pesos en ahorros, pero hoy ya no es dueña de ese patrimonio.
El 13 de mayo pasado, la exmandataria fue procesada por “administración fraudulenta en perjuicio de la administración pública” en la causa conocida como dólar futuro, llevada a cabo por el juez Claudio Bonadio. El magistrado la procesó y le trabó un embargo por 15 millones de pesos.
El 16 de mayo, o sea, después de ser procesada, la expresidenta cedió al menos 13 de sus propiedades a sus hijos.
Cristina habría realizado esas operaciones para evitar ser embargada en otros expedientes en los que está comprometida, como el caso Hotesur.
Mañana, la diputada Margarita Stolbizer y su abogada Silvina Martínez, denunciante de la expresidenta en el caso Hotesur, le presentarán al fiscal del caso, Gerardo Pollicita, esta y otra información.
La casa que ella tenía en la localidad de Monte Aymond, Río Gallegos, Santa Cruz, hace pocos meses pasó a estar nombre de su hijo Máximo.
Su departamento de la calle Juncal al 2100, en La Recoleta, Buenos Aires, fue cedido también a Máximo y a su hija Florencia.
Fernández de Kirchner le regaló a sus hijos, además, dos de sus principales negocios hoteleros, paradójicamente investigados en el caso Hotesur.
Uno es el Hotel Las Dunas levantado frente al Lago Argentino, en El Calafate. Lo mismo ocurrió con el hotel Boutique que su familia construyó en El Calafate, llamado Los Sauces para el comercio.
Florencia y Máximo también son flamantes propietarios de otro departamento en Buenos Aires que pertenecía a su madre. Ella se los cedió en mayo pasado: este piso que está ubicado en la calle Uruguay al 1300, en La Recoleta.
Una casa de Orkeke al 400 en Río Gallegos, Santa Cruz, alquilada durante mucho tiempo al socio familiar, Lázaro Báez, también fue cedida.
Lo mismo pasó con la “Parcela 7 Manzana 192B de la misma ciudad, El Calafate: son 18.258 metros cuadrados, un terreno baldío valuado en varios millones de pesos.
La casa en la que Máximo Kirchner montó su inmobiliaria, era de Cristina Fernández. Ahora es de sus hijos.
Lo mismo pasó con un local que la expresidenta tenía en Chacabuco y Alcorta, Río Gallegos. Y la lista sigue.
El escrito que mañana presentarán Stolbizer y Martínez ante la Justicia aporta también información sobre negocios cruzados que la familia Kirchner tenía con su socio Báez.