Aunque pocos lo sepan, la típica trampa en cualquier elección en el territorio nacional puede terminar con condenas de cárcel. Según establece el artículo 139 del Código Nacional Electoral, "se penará con penas de uno a tres años (...) a quien sustrajere boletas del cuarto oscuro, las destruyere, sustituyere o adulterare u ocultare".
La ley también prevé los mismo para los robos o destrucción de urnas o quienes intenten votar más de una vez en la misma elección. El Director Nacional Electoral, Alejandro Tullio, lo recordó en Twitter ante las denuncias de varios dirigentes:
Los antecedentes son pocos, pero muy llamativos. En Córdoba, el más reciente ocurrió en las últimas elecciones a Gobernador. Durante el recuento de votos del departamento Pocho, que iba a definir una banca clave en la Legislatura, el candidato Raúl Recalde agarró dos boletas y salió corriendo. Pasó la noche en prisión, pero a las pocas horas fue liberado.
En Olavarría, también pasó algo insólito. Durante las legislativas del 2013, un vecino salió del cuarto oscuro lleno de boletas escondidas. Cuando lo detuvieron, contó que se había quedado sin diarios para hacer el asado y tuvo la increíble idea de llevarse los papeles del cuarto oscuro.