La revisión ordenada ni bien hubo cambio de gobierno dio resultados. En varias oficinas de funcionarios públicos encontraron micrófonos ocultos. La mayor cantidad estaban en oficinas de Aerolíneas Argentinas y de las Fuerzas Armadas.
La noticia generó mayor pánico del que ya tienen muchos funcionarios del nuevo gobierno de Mauricio Macri. Ante la posibilidad de que sus oficinas estén vigiladas por micrófonos o cámaras, muchos de ellos ordenaron limpiezas a sus despachos.
Hasta ahora se confirmaron dos casos postivos: en la oficina de la titular de Aerolíneas, Isela Costantini, y en la del jefe de las Fuerzas Armadas, Bari del Valle Sosa, donde había seis micrófonos ocultos.
Hasta diciembre, la limpieza de los despachos estaba a cargo de la Policía Federal y de la Gendarmería, principalmente porque cuentan con la tecnología necesaria para hacerlo. Sin embargo, desde el gobierno nacional dieron la orden de que el trabajo de revisión pasara a manos de la policía Metropolitana.
Según publica el diario Clarin, hasta ahora, 30 oficinas de funcionarios nacionales y legisladores han sido registradas. En el caso del despacho de Macri y otros funcionarios de alto rango, el procedimiento se repite periódicamente.En el caso del presidente, hasta ahora, siempre han dado resultados negativos. Algunos funcionarios han decidido modificar sus hábitos y no usar, por ejemplo, el servicio de mensajería whatsApp para evitar ser espiados.
La situación no es ajena a los intentos por reformar el área de las escuchas oficiales y los numerosos escándalos relacionados a la ex Side, que incluyen a Jaime Stiuso.
Siempre según el informe de Clarin, los funcionarios de menor rango, cuyas oficinas no son revisadas por fuerzas de seguridad oficiales, piden el servicio en el ámbito privado. En este caso, no es nada barato. Calculan que una revisión completa, en una oficina común, podría tener un costo de unos 4 mil dólares.