Lourdes Astudillo, expareja del intendente de Villa María, Martín Gill, había denunciado al funcionario el pasado 19 de marzo por agresiones. A partir de eso, la fiscal Juliana Companys lo imputó por lesiones leves calificadas por el vínculo y por violencia de género, además de ordenar pericias.
Luego de los informes fijará la fecha de la indagatoria, por lo que hasta ese entonces el expediente será secreto, incluso para la supuesta víctima, que pidió ser querellante con el patrocinio de la abogada Florencia Vottero.
+ MIRÁ MÁS: Vidal calificó a una diputada cordobesa como “gran candidata a vice” de De Loredo
Sin embargo, a comienzos de abril, el documento con la primera declaración de Astudillo en la Unidad del fuero especial de Villa María se filtró y viralizó. Es por eso que el Tribunal Superior de Justicia ordenó de inmediato la apertura de un sumario administrativo.
En ese contexto, la expareja de Gill rompió el silencio y relató los hechos de violencia de los que habría sido víctima. En diálogo con Perfil Córdoba, la mujer dio su versión de los hechos que constan en su denuncia.
Según sus palabras, Lourdes conoció al intendente en febrero de 2022 e inició una relación después de algunas semanas. En junio, se produjo un "quiebre" en la relación cuando la mujer le contó que estaba embarazada. "Cuando le pasé las fotos de los dos test que me hice él no lo podía creer. Recuerdo un domingo que lloró mucho, la idea del embarazo le hacía mal y me decía que se iba a arruinar su vida", expresó.
"Un día le pregunté si quería que abortara y me dijo: 'Si te parece, sí'. Son palabras que nunca voy a olvidar. Le respondí que quería seguir el embarazo yo sola, que no sería la única mujer en tenerlo así. Pero insistía en que no se podía porque él era conocido", agregó.
Luego, hicieron un viaje a Traslasierra en el que Gill le habría insistido para que abortara. "Me volvió a decir que no podía tener el bebé. Insistió y tomé la pastilla. A la madrugada tuve dolores muy fuertes, como si estuviera pariendo. Cuando fui al baño, largué todo. Era mucha sangre. Le pedí que me llevara a la guardia por la hemorragia. Y me dijo: 'No, cómo te voy a llevar si abortaste'", contó.
Violencia en diferentes planos
Con respecto a las agresiones que pasaron al plano físico, Astudillo reveló que tomaron forma tras "descubrir engaños por relaciones con otras personas". Cuando le recriminó esos vínculos, de acuerdo a la mujer, el jefe municipal la empujó y la ahorcó. "Sentí que me faltaba aire. Fueron segundos, pero me pareció mucho tiempo. Me repetía una y otra vez: 'Es para que te tranquilices’", explicó.
Según la denunciante, la influencia también incluía sometimiento psicológico. "Fui a una hematóloga por falta de hierro. La médica me preguntó si había tenido alguna pérdida o sangrado que explicara la falta de hierro. Yo no podía decir nada", precisó.
Y acontinuó con su relato en el mencionado medio: "Él se fue de viaje y yo me quedé en su departamento, sola. Como necesitaba dormir porque estaba cansada y angustiada, encontré un Valium. Tomé uno y sentí que no me hacía efecto. Tomé una segunda pastilla y comencé a sentirme muy mal. Le avisé a él por teléfono y me dijo que vendría a verme un médico amigo suyo. Me dormí y cuando desperté vi a cinco personas en los pies de la cama. Se planteó como un intento de suicidio",
"Yo jamás pensé en suicidarme. Una enfermera se quedó a cuidarme. Al día siguiente comenzó a venir una psicóloga, que trabaja para él. Le pregunté a Martín qué podía decirle porque en realidad yo no podía contar a nadie lo que pasaba. Y me dijo que a ella podía contarle todo porque era una persona de su confianza. Me controlaban en todo momento", manifestó Astudillo.
La mujer contó que comenzó a tener ataques de pánico luego de que Gill le dijera que "si no mejoraba la iba a internar". "La psicóloga le pasaba información de todo lo que yo decía. Era un control terrible, el poder que tenía sobre mí. Me manipulaba como quería. Bajé siete kilos desde que estuve con él", remarcó.
El final
"A fin de año, decidí mentirle que estaba embarazada sólo para protegerme, para que no me haga daño. Pero fue peor. Ese día empezó a pegar trompadas a la puerta, a los vidrios, estaba sacadísimo. Y empezó una persecución. Iba a buscar análisis, ecografías mías sin mi autorización. Los profesionales que me atendieron le entregaban todos los informes. La relación iba cada vez peor", expresó.
"Él me decía que yo estaba mal, que iba a buscarme una psiquiatra. Hasta tomó contacto con una amiga mía, sin que yo supiera, para conseguir información. No podía contarle a nadie lo que me pasaba. Era de su propiedad. En una discusión fuerte que tuvimos le pedí la llave de mi departamento. Yo vivo en el sexto piso, me agarró del brazo y me arrastró tres pisos. Me dejó el cuerpo marcado con moretones", recordó.
"Ahí comencé a sacarme fotos porque sabía que esto no iba a terminar bien. Esas imágenes las entregué a la Justicia. Cuando yo le decía que lo iba a denunciar él me desafiaba que lo hiciera y agregaba: 'Total, a mí nadie me toca'", sentenció.
Después de haber radicado la denuncia, Astudillo afirmó que no tuvo más contacto con Gill. "No quiero que siga haciendo daño a otras mujeres, que siga manipulando con impunidad", concluyó.
La respuesta
Por su parte, el abogado defensor de Mrtín Gill, Eduardo Luis Rodríguez, replicó los dichos de la denunciante en diálogo con el mismo medio. "Nuestra posición siempre ha sido la de un respetuoso silencio, dejando avanzar la investigación judicial, que demostrará lo falaz y temeraria que resulta la denuncia realizada", aseguró.
"Se trata de hechos falsos e inventados que no han ocurrido. Con esta denuncia de falsos hechos se ha pretendido mancillar el buen nombre y honor de una persona que la mayor parte de su vida la ha desarrollado públicamente y con una trayectoria intachable e incuestionable. Desconocemos qué intereses oscuros motivan estas actitudes y no entendemos tanta perversión y ensañamiento en persistir sosteniendo esta mentira" agregó el letrado.
Por último, dijo: "Seguramente, cuando al final de este camino se descubra la verdad, muchos de los interrogantes que hoy no encuentran respuestas quedarán expuestos ante la realidad de la inocencia de quien hoy es injustamente denunciado. Hoy nos mantiene firme en este camino el saberse inocente, falsamente acusado de hechos que no existieron y respecto de los cuales no nos afecta responsabilidad alguna".