El traspaso de mando de Mauricio Macri a Alberto Fernández fue destacable, teniendo en cuenta el último antecedente: con una Cristina Kirchner negándose –en diciembre de 2015- a entregarle los atributos presidenciales al entonces mandatario entrante. Antes de eso, una única reunión entre ambos en la Quinta de Olivos resultó definitivamente fallida.
A pesar de que ahora Cristina asumió como vice, el presidente entrante y el saliente decidieron alejarse de esa realidad que lastimaba al país. Al entrar al recinto del Congreso Nacional, Macri fue recibido con un apretón de manos y un abrazo por Fernández.
Pero la expresidenta tuvo una actitud muy diferente: sin mirarlo a los ojos (al menos así se vio en la transmisión oficial), Cristina le dio la mano y volteó rápidamente la cara (de pocos amigos).
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Minutos más tarde, Macri le colocó la banda presidencial a Fernández y le entregó el bastón. Se dieron un nuevo abrazo que duró varios segundos. Un gesto que no borra las diferencias, pero que anima a pensar en un futuro más sano.
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Tampoco la lapicera
Confirmando su malestar con Macri, la vicepresidenta se negó a utilizar la misma lapicera que el mandatario saliente para firmar tras la jura. En cambio, pidió a sus asistentes un bolígrafo que solo usó ella. Video: