Ámbar no sale del estupor después de que su novio, el brasileño Fernando André Sabag Montiel, le apuntara con un arma en la cabeza a Cristina Kirchner. “Estamos con mucho miedo”, le dijo a medios nacionales.
La joven se defendió y sostuvo que no era una terrorista. “Nos están culpando de algo que no hicimos”, agregó refiriéndose a ella y al grupo de amigos del detenido, todos vendedores de algodón de azúcar.
Según detalló, salía con Sabag Montiel desde hacía un mes y compartían la casa que fue allanada. Manifestó que en ese lugar nunca vio el arma ni las balas que encontró la Policía. “Me enteré por la prensa de lo que pasó”, aseguró. Y añadió que no lo había escuchado hablar de querer matar a la vicepresidenta.
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Ámbar afirmó que la última vez que vio a su novio fue hace dos días. Desde el hecho, tanto ella como el grupo de emprendedores, reciben amenazas a través de las redes sociales: “Según las redes somos los amigos del asesino”.
“Tengo mucho miedo de lo que me pueda pasar y nos sentimos muy expuestos”, expresó a Telefe.
“Buena persona”
Consultados por cómo es Fernando André Sabag Montiel, uno de sus amigos respondió que es de “un perfil tranquilo, amoroso y buena persona”. “Solía quejarse de la suba del dólar, de la economía, pero nada más”, comentaron.
“Verlo así en cámara y ver lo que hizo, fue un shock”, dijo otro de los jóvenes. Agregó que aunque conformaban un grupo de trabajo, no se conocían tanto.
Planes sociales
Sobre el móvil televisivo que se viralizó con el atacante y su novia Ámbar hablando del gobierno, la joven indicó que fue “de casualidad”. En esa oportunidad señalaron que preferían trabajar antes de recibir la ayuda del estado.
“Mi novia tenía planes sociales, pero dejó de tenerlos. No da tener la misma plata porque prefiere trabajar”, había expresado Sabag Montiel a Crónica Tv.
Por último, Ámbar comentó que el abogado que se presentó para defender al detenido no había sido llamado por ella.