El proyecto del Gobierno Nacional para reformar las jubilaciones de privilegio del sistema judicial obtuvo media sanción en la Cámara de Diputados con 128 votos. Hubo dos abstenciones del Frente de Izquierda.
Sin embargo, el tratamiento inició con escándalo. Para lograr el quórum en Diputados, el designado embajador en Brasil, Daniel Scioli, se sentó en la banca para la que había sido electo.
De esa manera, el Frente de Todos reunió a los 129 legisladores necesarios. Inmediatamente la bancada opositora lo repudió y se retiró del recinto.
"Es de absoluta anormalidad y torna inválido el quórum con el que se dio inicio a la sesión”, denunció el cordobés Mario Negri, jefe del interbloque de Juntos por el Cambio. Luego, lo calificó como "un atropello".
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"Hasta que haya aceptación por parte del cuerpo de la renuncia, el diputado sigue siendo diputado y este cuerpo no ha tratado la renuncia de Scioli", retrucó el presidente de la Cámara, Sergio Massa.
Por su parte, Scioli se defendió y marcó que en el Boletín Oficial no fue publicada su designación como embajador: "Como lo he manifestado a las autoridades de mi bloque y a la Presidencia de la Cámara, a partir del 3 de marzo me hago formalmente cargo de la embajada".
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También en Córdoba
Ignacio Vélez Funes, juez de la Cámara Federal de Apelaciones, se sumó al rechazo al proyecto del Gobierno Nacional. Dijo que "arrasa" derechos adquiridos y pronosticó un "colapso" del sistema judicial ante la posible renuncia de decenas de jueces. Su palabra en Noticiero Doce: