La Corte Suprema de Justicia de la Nación le puso un tope a una indemnización que ni siquiera la propia demandante había solicitado. La sala III de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo había triplicado el monto de lo que pedía recibir una ex empleada al añadirle un supuesto daño moral.
Por unanimidad, el máximo tribunal revocó la sentencia por "arbitraria" ya que "se limitó a fijar dogmáticamente la indemnización sin proporcionar ningún tipo de fundamentación o cálculo que le otorgue sustento válido".
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El caso. Una mujer que se dedicaba a "recontar billetes", le hizo juicio -luego de ser despedida- a la empresa de transporte de caudales para la que trabajaba y a la Aseguradora de Riegos de Trabajo (ART). La ex empleada aseguraba haber sufrido una lesión en su muñeca derecha y pidió una indemnización de 482.112 pesos.
Luego del rechazo de un juez de primera instancia en el plano civil, la sala de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo le sumó una incapacidad psíquica -además de la física- de un 17,32 por ciento por lesiones en ambas manos.
Por eso, los jueces de dicha Cámara elevaron a 1.150.368 de pesos la indemnización. Con intereses, el monto se elevaba a cuatro millones. Ahora la Corte ordenó que otros magistrados dicten un nuevo fallo.