La campaña política es tan furiosa, en cuanto pegatina, que según Marcelo Ludueña de la Sala del Rey “no dura ni cuatro horas un afiche sin que lo ensucie un político”. Por eso han decidido no publicar más hasta que pasen todas las elecciones de este año.
Algunas empresas dueñas de los espacios en vía pública optaron por enrejar la cartelería para que no les roben ese lugar. Y así, hoy uno puede uno ver políticos tras las rejas.
A otros los enrejaron pero después de ensuciarlos y así quedaron hasta tanto llegue nuevo cartel. Que, por cierto, no son nada baratos.

La izquierda es la que más caliente vive las PASO como una verdadera interna. Ya no solo le ensucian carteles a otros partidos, sino que hasta tienen el detalle de taparse los carteles entre ellos mismos.

Está tan furiosa la pegatina que a veces quedan pegados. En medio de toda la contaminación visual que sufre el centro de la ciudad, las buenas intenciones de la militancia a veces meten la pata. Y un “MENEM 1995” queda de título del afiche de “el hombre” José Manuela de la Sota.

Siguiendo la línea de los colores obispo, nadie reparó que es el mismo tono que eligió Olga Riutort para su campaña a Intendente. Bueno ahora a vice. Alguien deberá subir hasta allá arriba para agregar el prefijo “vice” o poner la cara Juez al cartel.
Y Juez hasta ahora no pone la cara en los carteles pero aparece en todas partes. Lo que uno nunca sabe a ciencia cierta es para cuál de todas las elecciones nos pedía el voto. Entonces aparece sin cargo. Y así se transforma como en un remedio genérico, uno no sabe de cuál laboratorio viene.

Mientras todos ellos pegan y pegan, los cuarteros y el resto de los que pegan publicidades en vía pública se llamaran al silencio.