Durante doce años, Cristina Kirchner debe haber recibido numerosos regalos, presentes y todo tipo de atenciones por parte de los hombres y mujeres más poderosos del mundo. Tanto como primera dama durante la presidencia de Néstor como en su propio mandato como presidenta.
El problema se plantea con todo lo que recibió mientras ejercía el poder ejecutivo de la Argentina.
¿La razón? El artículo 18 de la ley de Ética Pública establece que “Los funcionarios públicos no podrán recibir regalos, obsequios o donaciones, sean de cosas, servicios o bienes, con motivo o en ocasión del desempeño de sus funciones. En el caso de que los obsequios sean de cortesía o de costumbre diplomática la autoridad de aplicación reglamentará su registración y en qué casos y cómo deberán ser incorporados al patrimonio del Estado, para ser destinados a fines de salud, acción social y educación o al patrimonio histórico- cultural si correspondiere.”
La traducción más simple del artículo es que todo regalo pertenece al Estado y no a Cristina Kirchner.
Aunque la lista es interminable, hay muchos de ellos que son los más mediáticos. Incluso, hemos visto por cadena nacional cuando Cristina recibía estos regalos.
Por ejemplo: joyas que le regaló el presidente de Bolivia Evo Morales, computadoras de empresarios poderosos del mundo como la que le dio Carlos Slim, un gorro de piel entregado por el expresidente ruso Dmitri Medvédev, un pañuelo exclusivo que le regaló el exmandatario francés Nicolas Sarkozy y sigue la lista.
El problema es que también hay muchos regalos personales que recibió cuando anunció que sería abuela. Desde ropa y juguetes hasta un triciclo para su nieto Néstor Iván. También están incluídos los escarpines que el Papa Francisco le mandó para el hijo de Máximo. El regalo más curiosos es un perro. Se llama Simón y se lo regaló Hugo Chávez.
En un informe especial del periodista Nicolás Wiñazki explicó que si los funcionarios públicos reciben regalos y no los donan para que formen parte del patrimonio del estado, podrían cometer el delito de dádivas.