María Eugenia Vidal realizó una visita express por algunas localidades de la Costa Atlántica, aprovechando su estadía de algunos días junto a su familia en Chapadmalal.
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La gobernadora recorrió Ostende y luego acompañó al intendente de Pinamar, Martín Yeza, quien le mostró las nuevas obras en esa ciudad, entre ellas los paradores ecológicos en la playa.
Sin embargo, en pleno recorrido, Vidal se salió inesperadamente del protocolo. Le preguntó al intendente si la esperaba cinco miunutos, bajó de la camioneta gris y entró a un local de venta de ojotas.
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"Vine a comprar los regalitos de Reyes", le dijo a las vendedoras, que no salían de su asombro. Finalmente, se llevó cuatro pares, dos de ellos con el 50 por ciento de descuento.
La gobernadora demoró más de lo previsto y no tuvo problemas en sacarse fotos con clientes y empleados. Luego, regresó al vehículo, hizo dos cuadras más y repitió la secuencia en una juguetería, siempre seguida de cerca por sus custodios. "Mis tres hijos (tienen 10, 15 y 17) ya saben lo del misterio de Reyes", le dijo al portal Infobae.
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"Mientras miles de personas nos eligen para descansar, otros miles trabajamos para que se sientan cuidados. Por eso vine a pedirle a la gente que siga eligiendo la Costa: más turismo es más trabajo", señaló la gobernadora, quien ya visitó Balcarce, Santa Clara y Mar del Plata.