Mauricio Macri fue criticado esta semana por su segundo viaje al exterior en medio de la pandemia por el coronavirus. La primera vez fue a Paraguay. Ahora se dirigió a Francia, previa a su escala final en Suiza donde asumirá como presidente de la Fundación FIFA.
Junto a su mujer Juliana Awada y su hija más pequeña Antonia tomaron un vuelo de París a Saint-Tropez, una ciudad de la Costa Azul, ubicada en el sureste francés. Con el objetivo de acortar distancia, se fueron en avión privado que les costó 12 mil euros.
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El expresidente se encuentra en un refugio ideal para alejarse de los flashes de las cámaras y las críticas. Continúa su cuarentena obligatoria en una pequeña comuna pintoresca y medieval llamada Ramatuelle, que se encuentra a pocos kilómetros de Saint-Tropez.
De acuerdo a lo que publicó el diario Perfil, descansan en una residencia de amigos. Allí, Macri aprovechará para jugar al golf, a pesar de que están las mejores playas de la rivera francesa. Pero, no descartan que pueda disfrutar del verano europeo a bordo de la embarcación que alquiló Bruno Barbier, exmarido belga de Juliana Awada, para trasladarse de Mónaco a St. Tropez.