La Policía de la Provincia de Córdoba atraviesa una profunda crisis. El crimen de Jonatan Romo en la comisaría de La Falda, las fuertes críticas del desplazado jefe de Recursos Humanos, Julio Faría, y la carta que denuncia falencias en la Escuela de Suboficiales provocaron un temblor en Jefatura.
El ministro de Seguridad, Alfonso Mosquera, que ordenó el desplazamiento de tres altos jefes policiales, rompió el silencio y sostuvo que hubo fallas en los protocolos de actuación para detenidos con enfermedades mentales.
A casi dos semanas del crimen y tras la purga policial, Mosquera respondió a los cuestionamientos y sostuvo que es "una falacia" la falta de formación policial. Video:
Escoltado por la jefa de Policía, Liliana Zárate Belletti, y el subjefe Ariel Lecler, manifestó que “la Policía tiene una formación acabada y profesional”. En ese sentido, enumeró el convenio de práctica de tiro y los polígonos virtuales desarrollados por la Universidad Tecnológica Nacional (UTN).
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“No hay ningún efectivo que porte el arma reglamentaria que no haya pasado por los estándares de aprobación de protocolos", resaltó el funcionario provincial. Defendió a la Policía de la Provincia y afirmó que es una de las instituciones “mejores equipadas” del país.
También refirió al protocolo de actuación en personas en crisis o bajo estupefacientes y dijo que “es claro y debe ser respetado”. “Jamás habré de borrar con el codo lo que escribí con la mano”, sentenció en diálogo con la prensa.
Sobre los dichos de Faría, recientemente desplazado, Alfonso Mosquera negó “categóricamente” las expresiones y dijo que “el proceso de formación es constante y continuo” y que ya modificaron los planes de estudio.
Además, aclaró que no habrá cambios porque “ya se hicieron los cambios necesarios”. Y denunció que “lamentablemente hay agentes de las grietas como en el resto del país”. Ante la consulta si existe una interna policial, apuntó: “De ninguna manera, descártelo”.
Sin renuncia
Mosquera se mostró desafiante ante los reclamos de la oposición para que presente su renuncia. "Este ministro no va renunciar jamás. Quien reclama mi renuncia puede desgañitarse pidiéndola que no la va a tener. Por mis propias convicciones, temperamento y porque tengo una misión que me ha sido encomendada", lanzó.
Ante la repregunta por las posibilidades de dejar su cargo, fue aún más contundente: "Pero ni lo sueñen".
El crimen de Romo en La Falda
El ministro de Seguridad explicó que inmediatamente ocurrido el hecho, tomó contacto con la fiscal Paula Kelm de Cosquín a cargo de la investigación.
En la comunicación, reveló que le manifestó la colaboración absoluta, al igual que lo hizo con otros fiscales que investigaron la participación de personal policial: “La Policía iba a ser una caja de cristal para determinar todos las responsabilidades penales que correspondan".
Y resaltó que lo mismo hizo con el fiscal de feria Raúl Ramírez. “Hice lo propio y me mantuve en permanente contacto con él. Esa causa tiene seis efectivos detenidos", agregó. Y cerró: "Cuando interviene la Justicia, el otro poder del estado, en este caso el Ejecutivo, tiene que llamarse a silencio".