Dos años y medio tuvieron que pasar para que la causa que conmocionó a los argentinos se acerque a la teoría del asesinato. Una pericia realizada por peritos de Gendarmería Nacional, que se hará oficial en un mes, afirmaría que Alberto Nisman no se suicidó y que fue víctima de un crimen.
Así lo reveló el diario Clarín en las últimas horas, con información de dos fuentes judiciales. Para los especialistas, en la escena participaron terceras personas, lo que descartaría que el fiscal que cuatro días antes había denunciado a Cristina Kirchner por encubrir el atentado a la AMIA se haya disparado.
Los datos serán presentados al juez federal Julián Ercolini. Algunas de las conclusiones que se conocieron es que Nisman no pudo haber estado solo en el departamento y que el supuesto crimen se cometió en el baño. La posición del cuerpo y lugar donde estaba el arma Bersa calibre 22 comprobarían que había alguien más.
Lagomarsino, otra vez complicado
Ante esta información se abrirían nuevos interrogantes alrededor de Diego Lagomarsino, el informático que colaboraba con Nisman y le prestó el arma. "Su posición comenzó a agravarse cuando la investigación quedó a cargo de la Justicia Federal", agregó el mismo medio.
Reconstrucción
En la próxima semana se llevará a cabo otra pericia clave para dilucidar qué pasó. Ante la sospecha del borrado de pistas y la desfiguración de la escena, reconstruirán paso a paso la muerte del fiscal.