El dirigente prófugo y ex candidato del Partido Obrero compartió una polémica carta. "Soy un obrero. Hace más de tres meses que no veo a mi familia, mis amigos, a mis compañeros de la fábrica ni a mis vecinos. Estoy siendo perseguido como si fuera un terrorista”, lanzó.
En diciembre del año pasado, su foto disparando un mortero en el Congreso mostró la virulencia de la protesta contra la ley de Reforma Previsional. "¿Cómo puede ser que mientras piden captura internacional para (como me apodaron en algunos medios) 'el loco del mortero' como si fuera del ISIS están liberando a los militares genocidas de la última dictadura?", pensó.
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La justicia lo busca desde el 5 de marzo por los incidentes callejeros y los ataques contra las fuerzas de seguridad con piedras y disparos de morteros. Le negaron una apelación para evitar ser detenido y redobló su apuesta. "El Gobierno me quiere preso para meterle miedo a todos los que están luchando", reflexionó.
Romero denunció que fue despedido de su trabajo en la empresa General Motors donde se desempeñó como delegado. También dijo que recibió amenazas y agresiones hacia él y su familia, amigos y el Partido Socialista de los Trabajadores Unificado donde milita.